Javier Salinas, de Larrainvial Research, por elecciones en México: “Ésta va a ser una administración con retos en varios frentes”
El economista jefe de la firma indicó que lo que más preocupa es que el nuevo Gobierno de Claudia Sheinbaum logre mayoría en el Legislativo e impulse reformas que no han podido cristalizarse.
El día después de las elecciones en México estuvo marcado de hechos inéditos: el país eligió a la primera mujer presidenta de su historia -con un avasallante respaldo de 59,16% al cierre de esta edición- y el partido gobernante fue reelecto por seis años más.
Pero, además, la coalición oficialista se encamina a lograr mayoría calificada en ambas cámaras del Legislativo, lo que abre la puerta a que la nueva administración pueda impulsar radicales reformas constitucionales que, hasta ahora, no pudo el mandatario saliente, Andrés Manuel López Obrador.
"Si eso se concreta, la capacidad que tendría la Presidenta electa para impulsar su agenda legislativa sería algo no visto en varias décadas (si mi memoria no me falla, desde el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, a fines de los años '60). Y si no se concreta, estaría muy cerca de estarlo, lo que le da una capacidad de actuar sumamente relevante", dijo en entrevista con DFSUD el economista jefe de Larrainvial Research, Javier Salinas.
- ¿Cuál es la lectura que hace del resultado electoral, esperado pero con mayor margen?
- Se esperaba que la ahora presidente electa Claudia Sheinbaum ganara la elección con un margen holgado. Las encuestas apuntaban una diferencia de en torno a 20 puntos porcentuales respecto a la candidata Xóchitl Gálvez (las más optimistas rondaban cerca de los 25 puntos), pero 30 puntos fue realmente una sorpresa. Eso le da un momentum relevante durante el inicio de su Gobierno, ya que el respaldo ciudadano a sus políticas se percibe significativo. Solo para tener en consideración, el presidente López Obrador ganó la elección con un margen similar respecto al segundo lugar, aunque con menos porcentaje de los votos (53% vs. cerca de 60% según el último conteo).
Pero más allá de su victoria en la elección presidencial, la proporción de congresistas que obtuvo la coalición de Seguimos Haciendo Historia (la que incluye al partido Morena, el PT y el Partido Verde) podría llegar a mayoría calificada en ambas cámaras (eso es 2/3, lo que significa 86 de 128 senadores y 334 de 500 diputados). Si eso se concreta, la capacidad que tendría la presidenta electa para impulsar su agenda legislativa sería algo no visto en varias décadas (si mi memoria no me falla, desde el gobierno de Díaz Ordaz, en los años 60s). Y si no se concreta, estaría muy cerca de estarlo, lo que le da una capacidad de actuar sumamente relevante.
- ¿Qué viene ahora, en caso de que efectivamente también quede con mayoría calificada en el Congreso?
- Eso es un riesgo para cualquier tipo de Gobierno, más allá de su color político. En este caso particular, las reformas que el presidente López Obrador no pudo realizar por falta de apoyo legislativo podrían cristalizarse en esta administración. Y el riesgo de que la discusión de éstas sea más bien superficial está allí.
Los congresos son lugares naturales para buscar contrapesos a los poderes del Ejecutivo, pero cuando ese contrapeso es más débil, otros comienzan a surgir, los que pueden venir de la sociedad o de los mismos mercados. Respecto a estos últimos, hay dos aproximaciones. La primera es una más bien práctica, en el que el riesgo de depreciaciones de la moneda o incrementos en el costo de deuda (producto de riesgos políticos) la lleven a liderar un gobierno más bien pragmático. La otra es que comience a responsabilizar a los mercados financieros.
- ¿Qué podemos esperar de los mercados, viendo la reacción de este lunes con la bolsa y el peso cayendo?
- En el corto plazo, todo va a depender de las declaraciones de la futura Presidenta. Ella ha mencionado que su gobierno es uno de continuidad del “humanismo mexicano”, en donde, si bien uno de los ejes es la reactivación económica, incluye otros más como la distribución del ingreso y el desarrollo social en diferentes áreas. Compatibilizar esos objetivos ha sido un reto para cualquier gobierno (no solo en México), y para éste no será la excepción.
Ahora bien, con las campañas en el pasado, veamos cuáles son sus propuestas en materia energética (sobre todo eléctrica), de infraestructura y fiscal sin el componente electoral. En política energética, ella ha declarado que buscaría la “soberanía energética” fortaleciendo a la Comisión Federal de Electricidad, pero hay que ver qué rol tomarían los privados en este esquema.
Además, habría que esperar a conocer sus propuestas en materia de disciplina fiscal, en donde el papel del nuevo secretario de Hacienda es crucial. Ella ha declarado su compromiso con la estabilidad fiscal y financiera, y evitar el incremento en los déficits públicos, pero sus compromisos de gasto son relevantes. Aquí hay un riesgo que no es claro cómo va a subsanarse sin una reforma fiscal. Cabe destacar que éste no es un desafío único de México, sino de toda la región, pero no por ello debemos pasarlo por alto.
Una vez dicho todo esto, hay que ver qué tan activa es en anunciar sus políticas antes de tomar posesión en octubre, ya que eso podría quitarle protagonismo al actual presidente en sus últimos días del cargo. Y el Gobierno del Presidente López Obrador aún no termina, así que no podemos descartar sorpresas.
- La Presidenta electa ha dicho que mantendrá buenas relaciones comerciales con EEUU. ¿Cómo lo ve, sobre todo, pensando en un mandato de Donald Trump?
- Ambos tienen incentivos para colaborar. Uno de ellos nace de la tensión entre EEUU y China. Si bien ésta tiene un elemento comercial, también tiene otras aristas relevantes más allá de las meramente económicas. En esa línea, EEUU tiene un aliado en México cuya relación es menos compleja y riesgosa que esa. En 2026 tendremos una revisión del T-MEC (el nuevo Tlcan), y eso podría generar tensiones de corto plazo, pero probablemente tenga un buen final. Otro de los incentivos nace de las ventajas de costos que ofrece la industria mexicana para la mantención del dinamismo de la economía y del mercado laboral norteamericano. Además, ambos países tienen intereses comunes en materias fronterizas (como migración y seguridad) que podrían ayudar a limar asperezas en la relación. Sin embargo, este escenario no está exento de riesgos.
- Entonces, ¿cuáles son los mayores desafíos del nuevo Gobierno?
- Ésta va a ser una administración con desafíos en varios frentes, en donde la seguridad será un eje fundamental. Pero en materias económicas, este Gobierno debería generar las condiciones para que el fenómeno de nearshoring continúe, para así seguir atrayendo inversión y que la economía se mantenga dinámica. Eso implica inversión en (al menos) los sectores de energía e infraestructura, que las relaciones comerciales con EEUU continúen dinámicas (y una buena negociación del T-MEC en 2026), y que las condiciones macroeconómicas generen un ambiente propicio para la inversión (con disciplina fiscal, una inflación bajo control y un esquema tributario sin grandes abruptos).
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