Adriana Noreña, la vicepresidenta de Google Hispanoamérica que lidera la "revolución imparable" de la IA

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un concepto futurista para convertirse en una herramienta clave en la transformación de la economía, la sociedad y la vida cotidiana.

En ello, la vicepresidenta de Google para Hispanoamérica, Adriana Noreña, no solo es enfática sino que entusiasta. "Esto es muy emocionante", es la frase que más repite durante la entrevista.

La aplica cuando se refiere a la trayectoria que ha vivido el gigante tecnológico en los últimos 20 años, a los planes actuales "por hacerle la vida más fácil a todas las personas", y a la apuesta por el desarrollo de la inteligencia artificial generativa, un término relativamente nuevo a nivel global, pero que -a su juicio- no solo llegó para quedarse sino "que viene a adicionar mucha productividad".

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Casos de uso

En esa línea, la ejecutiva colombiana repasó los alcances del fenómeno en base a tres ejemplos. Se detiene a hablar del uso y los avances en materia de salud, especialmente, en la detección correcta del cáncer de mama o de enfermedades cardiovasculares a través de análisis predictivos.

En cambio climático, Noreña se refirió a herramientas como Flood Hub, que predice inundaciones mediante el análisis de datos meteorológicos. En movilidad, destacó el proyecto Greenlight, que optimiza rutas de tránsito para reducir las emisiones de carbono.

En el mundo de los negocios, la IA también está redefiniendo muchas de las verticales y de los trabajos más tradicionales.

"Las empresas pueden usar IA para maximizar el retorno de su inversión publicitaria, por ejemplo", explicó Noreña, destacando cómo aerolíneas como Latam Airlines aplican modelos de segmentación y personalización automatizada junto a Google.

"Esta va a ser una revolución tan grande o mayor que la del Internet y los teléfonos móviles y eso me entusiasma", consideró.

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Los desafíos de hoy y del mañana

No en vano, Google ha evolucionado desde ser mobile first a ser una organización AI first, impulsando tecnologías que ya hoy son capaces de crear contenido en texto, imagen y video con solo unos comandos.

"Google viene en esta carrera de inteligencia artificial hace más de 20 años", destacó la ejecutiva colombiana de visita en Santiago.

La diferencia es que ahora la penetración digital es mucho mayor en América Latina y en el resto del mundo.

"Hoy todo el mundo tiene un teléfono móvil y los planes de datos son más baratos", lo que permite que se adopten rápidamente los avances y las propuestas que surgen desde las tecnológicas.

Eso sí, en ese contexto de crecimiento a paso acelerado, Noreña reconoció que la IA no solo ofrece beneficios sin precedentes, sino también desafíos que requieren atención urgente.

El primero de ellos -dijo- es la capacitación: "El que se va a quedar atrás es aquel que no tenga curiosidad intelectual".

La velocidad del avance de la IA exige que tanto empresas como individuos se adapten rápidamente a nuevas herramientas y modelos de trabajo.

"Hay muchas cosas que hacemos con gobiernos o a través de nuestro brazo filantrópico para ayudar a empoderar a la gente con conocimiento o habilidades. La más reciente, de hecho, fue en Chile y fue la más grande que se haya hecho en el país, por US$ 750 mil de parte de Google.org a final del año pasado para el Cenia", contó.

Otro reto importante es la brecha de género en el uso y desarrollo de la IA. "Las mujeres están usando menos la IA, y eso es algo que debemos cambiar", señaló.

La falta de representación femenina en carreras tecnológicas y la persistencia de estereotipos limitan la participación de mujeres en este campo, lo que podría perpetuar mayores desigualdades en el futuro.

A todo ello se suma la regulación como aspecto crucial. A su juicio, Chile es pionero en la creación de un marco regulatorio para la IA en América Latina, inspirándose en modelos de la Unión Europea.

"Es fundamental encontrar el equilibrio entre fomentar la innovación y establecer límites para evitar abusos", sostuvo Noreña, quien añadió que la falta de una regulación clara podría generar incertidumbre en las empresas y ralentizar la adopción de estas tecnologías.

Finalmente, dedicó espacio para referirse a las inversiones en infraestructura tecnológica que, señaló, siguen siendo un desafío en algunos países de la región.

"La inversión en centros de datos y redes de conectividad es clave para garantizar que la IA pueda desplegar todo su potencial y llegar a más sectores de la sociedad", anotó.

"El que mejor use la IA será el que gane en esta revolución", concluyó Noreña.

Con inversiones millonarias en infraestructura, educación y colaboraciones público-privadas, para la colombiana América Latina está en una posición privilegiada para aprovechar la ola de la inteligencia artificial y convertirla en un motor de crecimiento económico y social.

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Su trayectoria

Noreña, nacida en Cali en los años ’70, lleva casi 20 años en la firma que nació como un buscador de Internet y 13 de ellos ha estado en la vicepresidencia, desde donde ha sido testigo de primera mano de la evolución de una de las firmas más importantes del planeta.

Su carrera en la compañía que hoy lidera Sundar Pichai comenzó en 2006, cuando Google recién empezaba sus operaciones en América Latina, con São Paulo, Brasil, como punto de partida. “En ese momento, no éramos más de 5.000 personas trabajando en toda la organización a nivel global”, relató.

Había pasado por ser directora de Marketing y Desarrollo de Nuevos Negocios en la empresa de comunicaciones Avaya, y gerenta de Planificación Financiera y Estratégica en Elma Chips (PepsiCo-Frito Lay).

En 1999 abandonó el gigante sudamericano con su esposo e hija, para hacer un Máster en Gerencia de Tecnología en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Boston, EEUU.

Inspirada por los aires tecnológicos, decidió volver a Brasil, emprender y fundar su propia empresa de productos cosméticos: Elementum. Y de ahí, contó, “nació esta otra historia de amor que vivo con Google”.

“Siendo una joven emprendedora me sentí cautivada por una compañía que acababa de llegar al país. Cuando vi la solidez de su visión y la efectividad publicitaria de sus productos, envié una hoja de vida sin dudarlo. Ahí descubrí mi amor por la tecnología, la innovación y con una compañía que, desde entonces, no ha hecho más que consolidar y profundizar sus lazos con América Latina”, relató.