La próxima apuesta de Javier Milei: liberar el peso

Por Ciara Nugent

El Presidente libertario argentino, Javier Milei, hizo un importantísimo cambio de estrategia esta semana, abandonando una política monetaria que ha apuntalado su lucha contra la inflación, pero que ha inquietado a los inversionistas.

Milei ha dependido en parte de los prolongados y estrictos controles de divisas de Argentina para controlar las subidas crónicas de precios. El banco central ha reforzado drásticamente el peso argentino en términos reales, pero al hacerlo ha consumido las escasas reservas de dólares estadounidenses.

La mayoría de los analistas esperaban que Milei mantuviera esa estrategia hasta las cruciales elecciones de octubre, porque la desaceleración de la inflación es un elemento central de su campaña. Durante meses, había dado la impresión de que minimizaba el temor de los inversionistas ante esta política y que sólo planeaba pequeños retoques.

Pero, el lunes, Milei tomó una decisión audaz pero arriesgada. Después de conseguir un inesperado préstamo de US$ 20.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para reabastecer el banco central, relajó considerablemente los controles, dejando flotar parcialmente el peso y suavizando las restricciones a la compra de dólares por parte de los argentinos.

Milei respondió a la sorpresa por la decisión del FMI con su habitual grandilocuencia. "Siempre prometí que, si tenía muchos dólares en la mano, levantaría los controles", dijo en una entrevista radiofónica. "¿Cómo podría no hacerlo si eso significa liberar a los argentinos? ¿Qué tiene que ver un año electoral?"

Se vio obligado hacerlo, al menos en parte, por las arcas casi vacías del banco central. La liquidación del peso en las últimas semanas había obligado al banco a utilizar una mayor parte de sus reservas en dólares para defender la moneda, aumentando el riesgo de una devaluación oficial desestabilizadora.

Con el apoyo del FMI, Milei ha conseguido aliviar esa presión. El peso cayó un 6% en la primera semana de su flotación parcial, mucho menos de lo que esperaban los economistas y aún mucho más fuerte que el nuevo límite máximo del banco central de 1.400 unidades por dólar.

Pero mantener la calma será fundamental en un país donde incluso pequeñas caídas de la tasa de cambio pueden avivar la inflación, porque las empresas están acostumbradas a subir los precios para proteger sus márgenes. La mayoría de los economistas prevén un pequeño repunte de la tasa de inflación mensual a corto plazo, tras el significativo aumento del 2,4% de febrero al 3,8% de marzo.

"Éste es el gran reto", dijo Cristián Buttié, director de la encuestadora CB Consultora. "Si vemos más inflación, ¿podrá el gobierno mantener la sensación de que las cosas están mejorando? ¿O empezará a surgir un clima de duda?".

"Para los gobiernos que viven o mueren por la confianza de la gente, esto último puede tener consecuencias incontrolables", añadió.

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Los factores estacionales están del lado de Milei en los próximos meses, ya que la cosecha de soya del país entre abril y junio atrae regularmente una afluencia de dólares para aumentar las reservas. Ha presionado a los exportadores para que vendan rápidamente sus cosechas advirtiéndoles de que una reciente reducción de los impuestos a la exportación expirará en junio. Y se espera que los inversionistas financieros traigan dólares para realizar operaciones en pesos, lucrativas por las altas tasas de interés de Argentina.

La confianza en el banco central se ha restablecido gracias a un desembolso inicial inusualmente elevado de US$ 12 mil millones del FMI, a la renovación de un préstamo de US$ 5 mil millones de China y a la promesa de "pleno apoyo" por parte de EEUU tras la breve visita del secretario del Tesoro, Scott Bessent, el lunes.

Sin embargo, la presión sobre la tasa de cambio podría aumentar después de junio, conforme se acerquen las elecciones legislativas de octubre, dijo Tomás Tagle, estratega de Bull Market Brokers en Buenos Aires.

"Los participantes del mercado en Argentina normalmente convierten pesos a dólares antes de las elecciones, y no podemos olvidar que muchos operadores habían estado diciendo que el peso estaba sobrevalorado" antes de que Milei dejara flotar la moneda esta semana, añadió.

El cambio de estrategia económica llega tras unos meses turbulentos para Milei.

En febrero, el líder libertario se vio envuelto en un escándalo por su promoción de una mememoneda cuyo valor se disparó y luego se desplomó, desatando acusaciones de fraude. El Congreso quiere lanzar una investigación sobre la debacle.

Luego, este mes, su intento de instalar por decreto a un polémico juez en la Corte Suprema acabó en fracaso y crispó la tensa relación del presidente con los legisladores.

El apoyo popular a Milei ha flaqueado ligeramente, desde un máximo del 51,8% en diciembre al 46,1% en marzo, según CB Consultora, con una caída del apoyo en las zonas de bajos ingresos, donde la austeridad y la inflación causan más estragos.

El enorme acuerdo con el FMI "es la oportunidad de Milei para relanzarse tras una mala racha importante", dijo Sergio Berensztein, consultor político argentino.

El reajuste es urgente antes de las elecciones de mitad de mandato, en las que Milei espera convertir su pequeña minoría en el Congreso en una fuerza capaz de cimentar su programa reformista en forma de ley.

Según los encuestadores, es probable que a Milei le vaya bien, ya que la principal oposición peronista de izquierda ha tenido dificultades para encontrar un mensaje después de que su último gobierno agravó gravemente la crisis económica de Argentina.

El Vaticano confirma que el papa Francisco murió a los 88 años tras sufrir un derrame cerebralPero el presidente se ha negado a establecer alianzas con aliados conservadores naturales que reforzarían sus posibilidades. La primera prueba electoral de este año —una votación local muy vigilada en la provincia de Santa Fe la semana pasada— terminó con los libertarios en un distante tercer lugar.

Un mal resultado en octubre podría minar la confianza de los argentinos y de los mercados financieros en la capacidad de Milei para mantener una moneda flotante y vencer la inflación.

El último intento de suprimir el control de cambios se vio frustrado por la inesperada victoria del peronismo en las elecciones de 2019, que asustó a los mercados y desencadenó movimientos especulativos contra el peso. El presidente conservador Mauricio Macri se vio obligado a restablecer los controles poco después.

El esquema de Milei enfrentará presiones similares, dijo Nicolás Dujovne, quien codirigía el ministerio de Hacienda en ese momento junto a Luis Caputo, actual ministro de Hacienda de Milei.

"Hasta que no se reelija un gobierno pro mercado en Argentina", le será difícil "resistir los embates políticos", dijo Dujovne, quien añadió que "celebraba" la relajación de los controles por parte del presidente. "El reto es mostrar resultados que mejoren la vida de la gente para que no quieran cambiar de rumbo".