Vaca Muerta se reconfigura: menos actores, más producción y salto exportador

Mientras algunas petroleras internacionales están revisando su presencia en el yacimiento argentino Vaca Muerta e incluso han desistido de sus inversiones, otras empresas están consolidando sus apuestas con el objetivo de multiplicar la producción y apuntar al mercado externo. 

Hace algunos meses, la estadounidense ExxonMobil se retiró de sus activos no convencionales y vendió su participación en la cuenca neuquina a PlusPetrol por US$ 1.700 millones. El precio, por encima de las expectativas del mercado, despertó el interés de varias multinacionales en testear cuánto pagarían por activos similares. 

Poco después Petronas, la estatal malaya y socia estratégica de YPF en proyectos de GNL, ralentizó su actividad y cedió su participación en el bloque La Amarga Chica a Vista Energy, por US$ 900 millones en efectivo al cierre de la operación y otros US$ 300 millones en dos pagos iguales en 2029 y 2030. 

A mitad de mayo, Phoenix Resources, subsidiaria de la canadiense Mercury Energy, puso fin a un acuerdo clave con la colombiana GeoPark para el desarrollo conjunto de cuatro bloques por unos US$ 324 millones. La decisión se conoció tras el vencimiento del plazo legal, el 13 de mayo, para que el Gobierno de Neuquén emitiera el decreto que habilitaba el traspaso accionario. El acuerdo estipulaba que al pasar un año sin avances, cualquiera de las partes podía retirarse sin penalidades. 

La operación era considerada estratégica para GeoPark, que buscaba compensar el declive de su producción en Colombia e ingresar con fuerza a uno de los yacimientos más prometedores del mundo en gas y petróleo no convencional. 

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Sin alarma

Estos casos han movido la opinión pública en torno a una tendencia sobre el desistimiento de las inversiones. Sin embargo, desde la industria descartan que existan señales de alarma. “Esto no representa un desaliento al ingreso de nuevas compañías, porque Vaca Muerta está a pleno vapor funcionando y con previsiones de duplicar su producción, tanto de crudo como de gas. De hecho, las empresas locales con flujo interno están apostando fuerte a la producción con vistas a la exportación”, afirmó en entrevista con DFSUD Juan José Carbajales, director del Instituto de Gas y Petróleo de la Universidad de Buenos Aires. 

Un ejemplo es la propia Phoenix, que confirmó que seguirá con su inversión de US$ 2.000 millones en cinco años. Con ello, prevé construir una planta de procesamiento de crudo, con capacidad de tratamiento de 40 mil barriles diarios, que se espera entre en operación en mayo de 2026. Meses antes, en enero, debe iniciar operación un segundo equipo de perforación.

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Infraestructura e inversiones

Si bien a fines de 2024 se hablaba de una cifra cercana a los US$ 10.000 millones en inversiones para Vaca Muerta en 2025, la estimación comenzó a ajustarse a la baja, en línea con la caída del precio del crudo. “Ese número se está reestimando y se encontrará en unos US$ 8.000 millones”, comentó Carbajales. 

Sin embargo, agregó que “todas las previsiones son de aumento de la inversión y de las exportaciones, especialmente cuando ingrese la infraestructura clave”.

La calificadora Fitch Ratings coincide con esa cifra para este ejercicio y prevé US$ 9.000 millones en 2026 y 2027, lo que permitiría incrementar la producción diaria de petróleo en 500 mil barriles hacia 2030. Todo ello estaría orientado principalmente al mercado externo, generando divisas estratégicas para el país al reducir su dependencia de los commodities agrícolas cíclicos.

La firma, además, destacó que existan medidas que estén acelerando las condiciones para más desembolsos, como el levantamiento del cepo cambiario y la implementación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).

Estos, dijo, podrían “impulsar un aumento en la inversión corporativa, especialmente en el sector energético, y en las compañías que operan en la formación de gas y petróleo no convencional”.

Y que además, obras de infraestructura en curso, como los oleoductos Vaca Muerta Sur y Vaca Muerta Norte, o el oleoducto Oldelval, podrían eliminar cuellos de botella y monetizar activos con mayor rapidez, ya que el yacimiento sigue siendo clave para que Argentina se consolide como un actor relevante en el mercado a nivel internacional. 

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Otros negocios

Carbajales explicó que además del core business de extracción, el próximo paso para el desarrollo de Vaca Muerta será el negocio de los líquidos, porque hay mucho gas que viene asociado al crudo. “Eso requiere separación, tratamiento, transporte; lo mismo el gas natural (...) ya hay proyectos en marcha por parte de varias empresas”, añadió.

Recordó que además los países de la región importan GLP, no gas licuado, y “Argentina tiene su mercado interno abastecido, entonces todo lo que sea volumen incremental tiene destino de exportación”. 

Así, surgen oportunidades en paralelo en cuanto a logística. “Con YPF a la cabeza, el país está concentrando gran parte de su inversión en Neuquén y cercanías, y pensando en que se duplicará la producción, se generará un estrés para todos los sistemas de servicio, transporte, la red de proveedores”, agregó. 

Uno de los principales desafíos será la disponibilidad de personal calificado. “Ese es uno de los cuellos de botella más urgentes; se necesita ampliar el capital humano tanto a nivel terciario como profesional”, señaló el experto. 

En respuesta a esta necesidad, el sector ha comenzado a impulsar respuestas conjuntas, como la creación del Instituto de Formación Vaca Muerta, una iniciativa para capacitar trabajadores en función de la demanda creciente.

“Neuquén se está consolidando como la meca de la producción energética y eso también implica prepararse para recibir migración interna”, concluyó.