Brasil aboga por acelerar la transición energética: ¿A qué apuesta?
El país es el principal productor de tierras raras, cuyos minerales son esenciales para la transición energética, así como también lo es su producción de combustible de aviación sostenible (SAF).
La transición energética y la sostenibilidad fue uno de los temas que más se tocó durante el Foro Empresarial Chile-Brasil 2024. Sin duda son los focos de atención de ambos mercados y de toda Latinoamérica y cómo no, si hasta el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva destacó la fortaleza de ambos países en estos temas.
“Brasil y Chile están bien posicionados para hacer de la transición energética una gran oportunidad para encontrarnos. Somos dos de los países más innovadores de América Latina según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual”, argumentó el Mandatario brasileño, añadiendo que su país ya tiene la fuente de energía más limpia entre los principales países del mundo y ha invertido en una alternativa a la descarbonización.
“Además tenemos tierras raras y minerales críticos, dos factores clave para la transición… lo tenemos todo para hacer de Sudamérica el centro de la sustentabilidad”, enfatizó.
Al respecto, el ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira de Oliveira, celebró el regreso al diálogo de Brasil, tal como lo subrayó Lula da Silva, quien apuntó que “la integración ha vuelto a ser nuestra prioridad”.
La integración de América Latina es lo que busca como foco central el Gobierno de Brasil, pero todo depende, según el ministro, del sector productivo de los países. “Brasil, con su dimensión territorial, es uno de los pocos países del mundo que tiene una cartera que reúne tres temas tan vibrantes y desafiantes que son el sector eléctrico -con sus matices en la distribución, generación, transmisión y comercialización-, el sector petrolero, de gas y biocombustibles, y el sector minero”.
Sector eléctrico
Respecto del primer desafío que planteó el jefe de cartera, Brasil tiene una capacidad de producir más de 200 gigavatios y más del 84% corresponde a energía renovable. Con este contexto, Silveira apuntó que es necesario lograr una interconexión regional.
“Es importante que avancemos con fuerza y cada vez con más rigor en nuestras políticas de integración. Nosotros ya estamos interconectados con Venezuela y Argentina y por lo tanto, como Chile estará interconectado con Argentina, ahora podremos estar todos interconectados en transmisión de energía”, celebró el ministro.
Bajo este punto, enfatizó que “estoy absolutamente seguro que esta integración será fundamental en este momento donde comenzó la transición, porque la sostenibilidad, es la gran base de la transición energética”.
Finalmente, subrayó que en esta integración necesitamos “una cadena industrial fortalecida en América del Sur, para que podamos equilibrar la gobernanza global en la transición energética que ya ha ido más allá del tema de la sostenibilidad. La base de la transición energética fue la sostenibilidad de la descarbonización y ahora es una cadena económica próspera, en un mundo donde América del Sur está muy bien situada desde el punto de vista geopolítico”.
Pero todo esto es impulsado por líderes como el Presidente Boric y el Presidente Lula, “quienes lideran este proceso de discusión sobre la gobernanza global y esto hará de la energía un importante punto de inflexión entre nuestro pueblo y, ciertamente, nos llevará a construir una sociedad respetuosa con el medio ambiente, pero principalmente desarrollada e inclusiva”.
Minería
Para el jefe de la cartera, este es un momento crucial para la transición energética y un pilar relevante para que esto se logre es el sector minero, ya que “los minerales críticos son fundamentales”.
Sobre esto, apuntó a DFSUD que es esencial su uso, ya que “la energía eólica consume cuatro veces más minerales críticos que el gas, mientras que la energía solar consume dos veces más de estos minerales o que la generación a través de carbón”.
Por lo tanto, “es fundamental que estemos en la carrera del litio, del cobre, del cobalto, de la cadena productiva, y Chile tiene una política, incluyendo una primera etapa de industrialización del litio, que es relevante para nosotros porque trabajaremos cada vez más estrechamente en el sector eléctrico, en el de biocombustibles, el petróleo, el gas y el sector minero, para que Brasil y Chile puedan hacer converger los intereses de nuestros pueblos y construir un desarrollo inclusivo con generación de empleo”.
Dada la relevancia de Chile en la producción de cobre y litio, Brasil toma en cuenta esto para potenciar sus minerales críticos. “Juntos podemos fortalecernos mucho para que podamos extender la carrera del litio más allá de su exclusividad y explotación”.
El ministro enfatizó que “todos saben que es importante que Sudamérica no sea vista como exportadora y que Chile ya está un paso adelante -desde el punto de vista de la cadena del litio- porque ya está refinando litio, a diferencia de nosotros”.
En ese sentido, comentó que “trabajaremos duro para poder fortalecer aún más nuestros vínculos…Una vez más resaltamos nuestro compromiso con esta integración, cada vez más fuerte, de nuestras áreas del sector eléctrico, del petróleo y del gas y el sector de minerales para que podamos desarrollar políticas públicas comunes entre Chile y Brasil”.
Biocombustible y SAF
Respecto de los biocombustibles, que también son esenciales para la transición energética,el ministro recordó que en 2007 ambos países iniciaron una estrategia de sustentabilidad que terminó con una política de biocombustibles que hoy tiene a Chile con “una matriz de biocombustibles extremadamente importante”.
En línea con esto, el plan de Brasil es estar usando 100% biocombustibles en 2025 y que el uso de etanol se expanda con fuerza a 2035.
Lo que está impulsando esta división de la cartera es el combustible de aviación sostenible (SAF). El fin de una asociación con Chile, es “que podamos, estratégicamente, en América del Sur, ser el gran jugador de SAF para el mundo”.
En ese sentido, respecto del hidrógeno verde destacó que en España hay una fábrica donde la energía solar o eólica se combina directamente con la producción de fertilizantes, haciendo que el hidrógeno verde y el etanol sean la base principal para la transición en Brasil. Por lo tanto, “podremos llevar a Brasil a eso, a poder producir hidrógeno verde y hacernos sostenibles en el mediano plazo en términos de nuestros fertilizantes… a menudo contemplamos en la ley del hidrógeno, el etanol. Brasil hoy produce etanol de segunda generación, es decir hoy ya no es solo biomasa, el residuo de etanol ahora se procesa y tiene valor agregado, especialmente para la exportación”.
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¿Cómo se logra esto?
Para lograr esto es necesario ampliar las inversiones, pero en primera instancia el Estado debe “avanzar en seguridad jurídica”, argumentó el líder brasileño, añadiendo que “con una región que vive en paz, donde tenemos una regulación moderna -tanto Chile como Brasil-, somos suelo fértil para la inversión”.
Prueba de esto fueron los más de US$ 8.800 millones que se licitaron en materia energética hace unos meses en Brasil.
Además, se deben aplicar políticas públicas para descarbonizar las matrices y “continuar con una visión clara de que, con esta matriz energética que estamos construyendo en América del Sur, podremos agregar valor produciendo hidrógeno verde a través de la agricultura”, concluyó.
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