Brasil reanudará impuesto a los combustibles y recaudaría más de US$ 5.500 millones este año

En junio de 2022 el Congreso de Brasil aprobó el proyecto de ley del entonces Presidente Jair Bolsonaro, que reduce los impuestos cobrados por los gobiernos regionales sobre combustibles, energía, transportes y servicios de telecomunicación.
Desde este martes, la medida tomada para frenar la inflación dejará de estar activa, en medio de los esfuerzos de Luiz Inácio Lula da Silva por restablecer el gravamen.
El retorno de la tributación se hará en un modelo diferente al que se ha usado en el país, con los combustibles fósiles -como la gasolina- más gravados que los biocombustibles, como el etanol.
El ministerio de Hacienda no explicó, sin embargo, cuál será el porcentaje de reajuste ni el valor en reales por litro de cada combustible. Según estimaciones de la Asociación Brasileña de Importadores de Combustibles (Abicom) sería de 0,68 reales por litro.
Eso sí, las cuentas oficiales apuntan a garantizar una recaudación por 28.800 millones de reales (US$ 5.530 millones) a fines de este año.
Otro punto en discusión en el nuevo modelo es la reestructuración a lo largo de la cadena productiva para penalizar menos al consumidor final, en el surtidor de las gasolineras.
El secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, Gabriel Galípolo, partió para Río de Janeiro para reunirse con el presidente de Petrobras, Jean Paul Prates, para discutir la reestructuración fiscal.
El área económica rechaza la idea de un “medio plazo” para la recarga de combustible, defendida por ministros del área política. Como mostró anteriormente Estadão, este grupo abogó por la reincorporación parcial.
Para el área económica, esta es una solución que va más allá de la sostenibilidad fiscal, sino que también abarca el tema de la protección ambiental y social. La valoración es que esta propuesta es más “creativa” ya que cobra más combustible fósil que biocombustible y al mismo tiempo reestructura la tributación a lo largo de la cadena, que tiene un componente social.

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División interna

La apuesta de Lula por reanudar los cobros había causado división dentro de su propio gobierno, pues para algunos era necesario extender la exención hasta diciembre, mientras que para otros -como el ministro Fernando Haddad- era necesario restituirla, porque se estaba perjudicando las arcas públicas y socavando la agenda verde del Ejecutivo.
El anuncio, entonces, marca una victoria para Haddad, quien en enero entregó su plan fiscal, en el cual ya contemplaba la reintroducción de impuestos a la gasolina y al etanol a partir de marzo, lo que añadiría los más de US$ 5.500 millones en ingresos al Estado y serviría para respaldar el gasto social de Lula.
La decisión forma parte de un conjunto de medidas que buscan reducir el déficit primario de este año por debajo de los 100.000 millones de reales.
El efecto de esta medida en Petrobras, que se decía iba a financiar los subsidios si se mantenían vigentes, aún se desconoce. Pero, en unos días se efectuará la junta de accionistas, instancia en la que se aprobará la distribución de dividendos. Cualquier decisión sobre la política de precios deberá presentarse en esta instancia.