Gobierno de Brasil recibe espaldarazo tras ataque de partidarios de Bolsonaro y analistas se enfocan en eventuales efectos sobre la agenda económica de Lula

El recién ungido presidente de Brasil, Luiz Inácio da Silva, enfrenta su primera crisis política y social desde que asumió la presidencia de la mayor economía de Sudamérica, hace diez días. Esto luego de que el domingo un grupo de radicales partidarios del exmandatario Jair Bolsonaro lanzaran el peor ataque contra las instituciones estatales de Brasil desde su regreso a la democracia, en la década de 1980.

Al cierre de esta edición se hablaba de unos 1.200 bolsonaristas detenidos luego de que los soldados brasileños respaldados por la policía desmantelaran un campamento apostado cerca del cuartel general del ejército de Brasilia, además de otros 400 que resultaron arrestados en la jornada anterior. 

A esto se sumó una férrea condena por parte de la comunidad internacional a los hechos de violencia, y la firma conjunta de una carta de los tres poderes del Estado -Ejecutivo, Congreso y la Corte Suprema- rechazando el asalto. Este último, además ha pedido el cese de los bloqueos de vías en medio de la advertencia de endurecer las acciones si es que la situación no se normaliza en las próximas 24 horas. Por su parte, los gobiernos de Chile y Colombia convocaron a reunión extraordinaria de la OEA para abordar el caso.

La crisis amenaza comprometer la estabilidad social y política del país y retrasar el inicio de las medidas económicas que se habían anunciado para esta semana y que en su mayoría están vinculadas a hacer frente al déficit fiscal. 

En paralelo, los mercados brasileños se vieron sumergidos en una volátil sesión que se debatía entre caídas y subidas en el IBovespa. En operaciones de la tarde, el selectivo subía 0,17% hasta los 109.151 puntos, mientras que la paridad dólar/real lo hacía en un 0,68% hasta los 5,263 reales. Por su parte, las tasas de interés futuras comenzaron a operar a la baja en la tarde del lunes, cerca de las 15:45 horas, la tasa del contrato de Depósito Interbancario (DI) para enero de 2024 retrocedió de 13,61% a 13,60%; mientras que la tasa  a enero de 2025 pasó de 12,90% a 12,81%.

Impacto económico

Cuando se habla del impacto económico no hay una posición unánime entre los analistas, que se mantienen cautos a la espera de medidas más concretas por parte del Ejecutivo y al desarrollo de los hechos. No obstante, donde sí hay consenso es en que Lula podría salir fortalecido políticamente, gracias al amplio respaldo recibido, tanto por el mercado, como por delegaciones internacionales. 

En conversación con DFSud.com, Mario Lima, analista sénior para Brasil de Medley apuntó que los hechos de violencia no deberían crear una restricción de más largo plazo en las acciones económicas del gobierno, teniendo en cuenta que las agendas de mayor impacto, como el nuevo marco fiscal y la reforma tributaria, aún deberán enviarse al Congreso, por lo que hay tiempo.

En esta línea dijo también que “el gobierno de Lula debería ganar algún apoyo en el Congreso dada la naturaleza y violencia sin precedentes de los actos del domingo. La mayoría de los parlamentarios querrán alejarse del radicalismo, ya que ha habido un rechazo abrumador por parte de la sociedad brasileña a lo que sucedió en Brasilia. Si las autoridades logran unirse y entregar respuestas para desmovilizar a los grupos radicales, arrestando a los perpetradores y financiadores, y este movimiento decae, podremos tener un gobierno con mayor capacidad para cumplir con la agenda económica”.

Una mirada similar comparte la economista brasileña Elena Landau, quien dijo a este medio que si bien era pronto para sacar una conclusión, “no creo que tengan el apoyo ni siquiera de una gran parte de los que votaron por Bolsonaro. Incluso puede fortalecer a Lula”.  

Wells Fargo, y la consultora local Warren se mantienen también en esta línea. Mientras el primero ve que los episodios de ataque a Brasilia no deberían tener efectos duraderos en los precios de activos, el segundo en tanto, cree que la situación de violencia en Brasilia puede tener el efecto contrario y reducir el radicalismo de los bolsonaristas. 

“A corto plazo, nos centraremos en la reacción del gobierno de Lula con los disturbios, especialmente porque la intervención federal está vigente hasta fin de mes. La intervención federal le da a Lula el poder de movilizar a la policía estatal y militar para hacer cumplir la ley y el orden, y si la respuesta resulta en más conflicto, la moneda sufrirá y nuestra perspectiva a corto plazo probablemente cambiará. En el mediano y largo plazo, la política fiscal de Lula será probablemente el motor de la moneda” dijo Wells Fargo, al tiempo que  mantuvo sus proyecciones para los activos locales.

“Vimos una reacción rápida y unida de los tres poderes y los excesos que se cometieron durante esta manifestación también terminaron por alienar al votante medio. Esto generó incluso una reacción contraria por parte del Partido Liberal, e incluso el mismo expresidente Jair Bolsonaro tuvo que tomar una posición contraria”, acuñó Carlos Macedo de Warren en su reporte. 

Prima de riesgo

Pero en medio de todo esto, hay quienes miran con preocupación la prima por riesgo. Capital Economics y Goldman Sachs son parte de ese grupo. 

La lectura preliminar del primero apunta a que los disturbios podrían resultar en una prima de riesgo de larga duración sobre los activos financieros de ese país, sobre todo si terminan por incitar al gobierno de Lula a reenfocar su agenda económica. En esta línea, advirtió que de extenderse la situación, los costos económicos serían altos, señala el reporte firmado por William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de la consultora británica.

Goldman Sachs, a través de su economista jefe para la región, Alberto Ramos hizo hincapié en que el hecho refuerza el estado de profunda polarización en la política nacional y mantiene activos locales con alto riesgo primas. 

Bolsonaro en EEUU

La Casa Blanca negó haber recibido una solicitud oficial por parte del gobierno brasileño con respecto del expresidente Bolsonaro, que se encuentra en Estados Unidos. 

La información fue confirmada por el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, quien acompaña al presidente Joe Biden en la cumbre entre EEUU, México y Canadá que se está desarrollando ahora en México. El funcionario aseguró a periodistas que parecía que las instituciones democráticas en Brasil resistieron al tiempo que negó que el gobierno estuviera en contacto directo con Bolsonaro, quien en horas de la tarde del lunes fue ingresado en un hospital en Orlando, Florida, con "dolor abdominal", según reportó el periódico O Globo. 

Lo anterior se da luego de que el exjefe de Estado brasileño rechazara de forma tibia la insurrección promovida por sus simpatizantes, y negara acusaciones “sin pruebas” de golpe de Estado por parte de la administración de Lula.