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Exguerrillero urbano se encamina hacia presidencia de Colombia

Los planes fiscales y de gastos de Gustavo Petro lo han llevado a la cima de las encuestas, pero han alarmado a los ricos.

Por Michael Stott y Gideon Long / Foto: Twitter Colombia Humana I Publicado: Lunes 16 de mayo de 2022 I 08:41
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Gustavo Petro vivió una vez una vida clandestina como guerrillero urbano y fue encarcelado y torturado. Ahora el exrevolucionario es el favorito para ganar las elecciones presidenciales de Colombia y encabezar el gobierno más izquierdista de la historia de este tradicionalmente conservador país sudamericano.

Su programa, que incluye el fin de las nuevas exploraciones petrolíferas y de la explotación minera a cielo abierto, la prohibición de la fracturación hidráulica (fracking), la eliminación de las pensiones privadas y el aumento de los impuestos y del gasto público, ha alarmado a la clase dirigente colombiana, que lo tacha de demasiado radical. Pero ésa es una etiqueta que él rechaza.

"¿Decir que en Colombia toda la población debe tener acceso al agua potable, sería considerado radical en el Reino Unido?", dijo Petro en una entrevista.

Petro, quien dirige la coalición de izquierda "Pacto Histórico", ha encabezado prácticamente todos las encuestas de opinión en la cuarta economía más grande de América Latina este año, y aventaja a su principal rival, el centroderechista exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, por un margen de dos dígitos. La primera de las dos rondas de votación está prevista para el 29 de mayo.

Cambios en impuestos

Si triunfa, las familias más ricas del país serán los principales objetivos de sus reformas fiscales, que pretenden recaudar al menos 40 billones de pesos (US$10 mil millones) al año, principalmente mediante la imposición de gravámenes sobre los dividendos de las compañías, los activos en el extranjero y los grandes patrimonios rurales.

La medida "afectaría a entre 4.000 y 5.000 personas en Colombia, pero traería justicia social, estimularía la producción y nos daría la fuente de dinero que necesitamos", dijo Petro.

Se ha comprometido a utilizar los ingresos para financiar la educación superior universal y gratuita y un salario mínimo para 1,3 millones de madres solteras, entre otras cosas, y a recortar el déficit público, que alcanzó el 7,1 por ciento del producto interno bruto (PIB) a finales del año pasado. Los impuestos sobre los latifundios, que en Colombia se destinan principalmente a la ganadería, incentivarían a los terratenientes a aprovechar mejor el terreno fértil del país y a crear más empleos, por ejemplo cultivando.

"Colombia tiene una estructura terrateniente derivada del feudalismo, nunca ha pasado por una reforma agraria, y nunca hubo una democratización de la propiedad de la tierra", dijo Petro. "Esto es un legado que viene de la España feudal".

La reforma agraria ha sido una preocupación constante para Petro. Como miembro del movimiento guerrillero nacionalista M-19 en la década de 1980, dirigió a potenciales colonos en una breve invasión de tierras de la iglesia en la ciudad de Zipaquirá, donde vivía. Posteriormente, el ejército lo localizó y fue torturado y encarcelado, según sus recientes memorias.

Después de que el M-19 firmara un acuerdo de paz en 1990, se desmovilizara y se convirtiera en un partido político, Petro obtuvo un puesto como congresista y se convirtió en senador en 2006. Esperaba que su nuevo partido se beneficiara de la constitución colombiana de 1991, que fue diseñada para reformar un sistema político cerrado en el que el poder se alternaba entre dos partidos tradicionales. Pero el cambio tardó en llegar.

Ésta es la tercera candidatura de Petro a la presidencia; en 2018 perdió por estrecho margen ante el derechista Iván Duque. "En un país con altos niveles de autoritarismo y niveles de violencia casi fascista en muchas regiones, lo que propongo es la democracia", dijo. "La democracia para Colombia es un cambio radical".

Pero su programa más amplio ha alarmado a la comunidad empresarial colombiana y a muchos votantes de clase media, según los analistas.

Se ha incluido una "cláusula Petro" en algunos contratos comerciales y de propiedad firmados este año, dijeron figuras empresariales, la cual les permitiría a las partes deshacer el acuerdo si el exguerrillero llega al poder. Los gestores de patrimonios dijeron que los colombianos ricos están intentando trasladar sus activos al extranjero para escapar de los posibles nuevos impuestos.

Petro no se arrepiente y dice que Colombia tiene que cambiar. "Es una de las sociedades más desiguales del mundo y una de las más violentas", dijo. "Los niveles de escolarización son bajos, la productividad es de las peores de América Latina y su economía depende del petróleo, la cocaína y el carbón, en ese orden. Es insostenible".

La cruzada antisistema del exrebelde le ha granjeado muchos enemigos. Sus apariciones públicas se mantienen en secreto hasta el último minuto, los lugares de celebración se cambian con frecuencia y este mes canceló parte de su gira de campaña por amenazas de muerte. Cuando la reanudó, llevaba un chaleco antibalas y hablaba desde detrás de dos escudos sostenidos por guardaespaldas.

"Digamos que hay un intento de asesinato en el aire", dijo. "Hay más de una persona a la que le gustaría disparar y mucho dinero por ello".

Esta semana, más de 50 miembros del equipo de campaña de Petro enviaron una petición a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo regional, solicitando su intervención. Instaron a la comisión a hacerles un llamamiento a los funcionarios públicos de Colombia para que no hagan declaraciones incendiarias que puedan poner en peligro la vida de Petro y de su candidata a la vicepresidencia, Francia Márquez.

Petro se compara con el joven y radical presidente de Chile, Gabriel Boric, en su aspiración de crear una economía medioambientalmente sostenible, hermanada con la justicia social, y enterrar un legado de autoritarismo.

Paca Zuleta, experta en política de la Universidad de los Andes en Bogotá, cree que el carácter de Petro tiene más en común con el presidente populista latinoamericano de México, Andrés Manuel López Obrador, otro exactivista social. "Ambos hombres son idealistas y tercos", dijo.

Los analistas han elogiado el fervor de Petro por perseguir a los autores de abusos contra los derechos humanos. Pero Zuleta dijo que su paso por la alcaldía de Bogotá, entre 2012 y 2015, provocó preocupaciones. Lo suspendieron brevemente de su cargo después de que fracasó su decisión de devolver la recolección de basura a manos del sector público, lo cual resultó en la acumulación de basura en las calles, y varios de sus asesores renunciaron, diciendo que él no escuchaba consejos. "La única experiencia de Petro en la administración pública fue un desastre", dijo.

Petro ha rechazado las críticas, diciendo que durante su mandato como alcalde la pobreza en la capital disminuyó hasta casi un tercio de su nivel previo, una afirmación respaldada por las estadísticas oficiales, y se duplicó el valor bursátil de las compañías de servicios públicos de la capital. "El mejor gerente que tuvo Colombia en esos cuatro años se llamó Petro", insistió.

Al preguntarle qué pensarían sus compañeros del M-19, ya fallecidos, de su ascenso a la presidencia de Colombia, hizo una pausa para reflexionar.

"Estarían orgullosos, muy orgullosos", dijo. "Habrían sentido que todo valió la pena".

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