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Lula asume como Presidente de Brasil: Vamos a “generar empleos, reajustar el salario mínimo por encima de la inflación, bajar el precio de los alimentos”

El líder izquierdista dio inicio a su tercera presidencia. Señaló que es el momento de traer inversiones, reindustrializar el país y combatir el cambio climático. "Este no es el momento para resentimientos estériles", apuntó en un guiño a la reconciliación.

Por María Gabriela Arteaga con información de agencias / Foto: Reuters I Publicado: Domingo 1 de enero de 2023 I 15:20
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El líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva asumió este domingo como presidente de Brasil en el Congreso del país, en el inicio de su tercera presidencia, bajo estrictas medidas de seguridad en la capital brasileña.

La ceremonia en el Congreso comenzó a las 15.00 hora local (1800 GMT) y luego se trasladó al Palacio del Planalto en donde el nuevo jefe de Estado se enfundó la banda presidencial ante una multitud de 30.000 simpatizantes.

En su primer dicurso como mandatario, Lula da Silva resaltó la democracia como el valor que primó en su triunfo: “Se demostró que sí era posible gobernar este país con la más amplia participación social, incluyendo a los trabajadores y a los más pobres en el presupuesto y en las decisiones de gobierno”, afirmó.

Luego advirtió: “El diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible. Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública”.

Adelantó que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”.

Desafíos de Lula

Lula, de 77 años, derrotó por poco a Bolsonaro en octubre para ganar un tercer mandato presidencial, algo sin precedentes, después de una pausa que lo vio pasar un año y medio preso por condenas por corrupción que luego fueron anuladas.

En sus años anteriores como presidente del Partido de los Trabajadores (PT), de 2003 a 2010, el exlíder sindical sacó a millones de brasileños de la pobreza durante un auge de las materias primas que impulsó la economía.

Ahora, enfrenta el abrumador desafío de mejorar la economía estancada de Brasil y al mismo tiempo unir a un país que se ha polarizado dolorosamente bajo Bolsonaro.

"Se espera mucho de Lula. Tendrá la difícil misión de restaurar la normalidad y la previsibilidad en Brasil y, sobre todo, entregar rápidamente resultados que mejoren la calidad de vida de sus habitantes", dijo Creomar de Souza, director de la consultoría Dharma Political Risk en Brasilia.

Ya en el Palacio del Planalto, el mandatario dijo que ahora es el momento de "volver a cuidar Brasil". “Generar empleos, reajustar el salario mínimo por encima de la inflación, bajar el precio de los alimentos”, dijo.

Señalando los compromisos de sus administraciones, apuntó que es el momento de traer inversiones, reindustrializar el país y combatir el cambio climático. "Este no es el momento para resentimientos estériles", apuntó en un guiño a la reconciliación. "Necesitamos, todos juntos, reconstruir y transformar Brasil. (...) Es hora de unidad y reconstrucción".

Como parte del cronograma, Lula recibe los saludos de las autoridades invitadas a la ceremonia y luego juramentará a los ministros.

Divisón interna

Bolsonaro partió de Brasil hacia Florida el viernes, evitando tener que entregar la banda a su rival, cuya victoria aún no reconoce, y al mismo tiempo se eliminó de cualquier riesgo legal inmediato relacionado con su tiempo en el cargo.

Sus partidarios han protestado durante dos meses porque las elecciones fueron robadas y llamaron a un golpe militar para evitar que Lula regrese al poder en un clima de vandalismo y violencia.

Un simpatizante fue detenido por fabricar una bomba que fue descubierta en un camión cargado de combustible de aviación en la entrada del aeropuerto de Brasilia, y confesó que buscaba sembrar el caos para provocar una intervención militar.

Las autoridades han desplegado 10.000 policías y efectivos para reforzar la seguridad en las celebraciones del domingo y revisar a los participantes, que no pueden traer botellas, latas, mástiles de banderas o pistolas de juguete. También se prohibió temporalmente el porte de armas de fuego por parte de civiles.

Los organizadores dijeron que delegaciones de 50 naciones y 19 jefes de estado y de Gobierno, incluido el rey de España, han confirmado su asistencia.

El viernes, antes de volar a Florida, Bolsonaro pronunció un discurso a la nación en el que condenó el complot como un "acto terrorista", pero elogió a los manifestantes acampados frente a los cuarteles del ejército en todo el país.

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