Coca-Cola le pone foco a las botellas retornables en la región a partir de inversiones por US$ 500 millones

Innovación, diversidad y sostenibilidad son tres conceptos que la ejecutiva Debora Mattos empacó en su maleta para dejar su Brasil natal y residenciarse en Santiago, tras ser nombrada para asumir la gerencia de Coca-Cola para Chile, Bolivia y Paraguay.

Pronto llegará a su nueva oficina, a la que asegura traerá “un liderazgo fresco, una mirada diferente y autenticidad” que, a su juicio, es vital para una industria como la del consumo. 

“Creo que innovar es fundamental y esencial para el crecimiento de cualquier empresa, sobre todo porque los consumidores cambian con el tiempo y con la llegada de las nuevas tecnologías”, dice en el espacio Conexión América de DFSUD.com.

Así, con 17 años en la industria de las bebidas, ocho en Coca-Cola y un inicio marcado por las finanzas, Mattos apunta a replicar las experiencias y pilotos que la compañía ha estado haciendo en Chile en los otros países que ella lidera.

Dice que desde el punto de vista de Coca-Cola “la retornabilidad es una apuesta en América Latina. Por ello, invertimos US$ 500 millones en la región, en botellas retornables, porque sabemos que al final nos va a ayudar en nuestra visión de un mundo sin residuos”.

Botellas retornables digitales

La ejecutiva asegura que el desarrollo de Chile en temas de sustentabilidad los ha llevado, como empresa, a repensar acciones en Latinoamérica. El país “está siempre a la vanguardia de las conversaciones de medioambiente, de cómo vamos a hacer con el tema del plástico y cómo conectarnos con la demanda”, relata.

Y cita como ejemplo la ley de reciclaje (conocida localmente como ley de Responsabilidad Extendida del Productor, REP) que se está implementando en el territorio y que exige, entre otras cosas, que la empresa que genera residuos es responsable de su propio reciclaje. 

Llevándolo a Coca-Cola, detalla que, junto a una fundación, lograron mapear más de 5.000 toneladas de botellas que sirven para obtener la resina que se utiliza para hacer más recipientes.

Además de esto, empezaron en este mercado con un piloto –también disponible en México- que permite hacer virtual cada botella y que esperan llevar a las otras naciones. Cuenta que esta es una plataforma que transforma envases retornables vacíos en códigos QR acumulables y canjeables por el consumidor por botellas llenas.

“La botella virtual es justo la conexión de sustentabilidad con lo digital”, asegura.

Hasta ahora es un proyecto pensado en el canal moderno de los supermercados, pero según Mattos la idea es también desarrollarlo para el canal tradicional, entre ellos los almacenes de barrio. 

Ocho años para terminar con los residuos

De la mano con la innovación, dice, va la sostenibilidad y la sustentabilidad del negocio de Coca-Cola. 

Cada apuesta lleva la marca de “pensar cómo utilizar los recursos para que seamos sostenibles” y, por ello, la empresa firmó un compromiso de recolectar el 100% de los empaques colocados en el mercado hasta 2030. “Es decir, en apenas ocho años más ya estaremos en un mundo sin residuos”, señala la ejecutiva.

Ello tiene como base dos pilares: diseño y recolección. En cuanto al primero, relata, se refiere al empaque con el fin de que tengan menos plástico, lo que demanda grandes esfuerzos en términos de innovación y tecnología.

El segundo, más allá de solo recolectar los envases, va de la mano con grandes capacitaciones y la construcción de infraestructura para recolectar el plástico y que sea utilizado en el proceso productivo. 

Según la ejecutiva, Chile es el segundo a nivel global, solo detrás de Alemania, en materia de avances en esta materia. “Tiene un 40% de mezcla de retornabilidad mientras que, por ejemplo, Coca-Cola Latam tiene un 34%. Chile está por sobre los demás”, asegura.