Brasileña Copel avanza hacia su privatización, siguiendo los pasos de Eletrobras

Un importante paso ha concretado la Companhia Paranaense de Energia (Copel) en sus planes de privatizarse, ya que por medio de un hecho relevante, confirmó que está trabajando con diversas instituciones financieras para estructurar una “potencial” oferta de acciones ordinarias, “en el marco del proceso de transformación en una sociedad de capital disperso y sin accionista mayoritario”.

Hace unos meses, la firma había manifestado sus intenciones, pero esta vez reveló que ya contrató los servicios de Banco BTG Pactual, Itaú BBA, Bradesco BBI, Morgan Stanley y UBS Brasil Corretora de Câmbio, para “actuar como coordinadores en la estructuración de la potencial oferta”.

El gobierno de Paraná comentó a fines de 2022 que esta operación tiene como objetivo principal recaudar recursos financieros para satisfacer necesidades de inversión, la renovación de las concesiones de las hidroeléctricas Foz do Areia, Segredo (en la foto) y Salto, así como el pago de 3.700 millones de reales (US$ 750 millones) al Gobierno Federal.

De concretarse, el Estado diluiría su participación en la empresa desde el 69,7% que tiene actualmente a 10% del capital ordinario.

El director de nuevos negocios, Cássio Santana, dijo la semana pasada en una teleconferencia para inversionistas, que el proyecto de privatización es donde Copel concentrará sus esfuerzos financieros y que la empresa no pretende participar en licitaciones de transmisión eléctrica de este año.

“Estamos estudiando los lotes que se ofertarán en 2024”, señaló.

A pesar de este anuncio, la compañía advirtió que “hasta el momento, el Estado de Paraná y Copel no han definido si la potencial oferta será efectivamente realizada o incluso sus términos y condiciones y, por tanto, a esta fecha, no se está realizando alguna oferta pública para la distribución de valores en Brasil, Estados Unidos o cualquier otra jurisdicción”.

Cabe recordar que la acción aún está sujeta -entre otros factores- a las aprobaciones aplicables, las condiciones macroeconómicas y de mercado en Brasil y en el exterior.

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Otras compañías

Los pasos de la paranaense siguen la decisión tomada por Eletrobras -la mayor eléctrica de América Latina-, que a mediados de 2022, antes de que concluyera el gobierno de Jair Bolsonaro, se privatizó cediendo el control de la firma y quedando en sus manos solo el 40%.

Tras el fin del manejo estatal -que el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva quiere revertir- el fisco de Brasil logró sumar a sus arcas más de US$ 6.800 millones. 

Lula ha señalado en reiteradas ocasiones que apostará por la recuperación del control de la gigante de energía, ante lo cual la firma ya advirtió a los mercados sobre el riesgo de una renacionalización.

Especialistas han indicado que es “difícil” reestatizar Eletrobras, por los cambios que ello generaría en la industria, ya que si se cambiara la Ley de Propiedad del Estado, esto no tendría efectos directos sobre la propiedad de la eléctrica.

Previo a la privatización de Eletrobras, otras compañías estatales como las distribuidoras y transmisoras CEEE-D y CEEE-T de Rio Grande do Sul, dieron este paso. A esa lista también se suman la Companhia Energética de Brasília-Distribuição (CEB-D), Companhia Elétrica do Amapá (CEA) y la empresa estatal de transmisión de Goiás, CELG-T y la Companhia Estadual de Geração de Energia Elétrica (CEEE-G), también de Rio Grande do Sul.

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Algunas cifras

Copel es un holding brasileño que se dedica a la generación, transmisión y distribución de energía en una decena de estados de Brasil abarcando casi 400 municipios.

Además de operar una veintena de plantas hidroeléctricas, maneja 46 plantas eléctricas de las cuales forman parte 25 centrales eólicas y una térmica.

A la fecha, la firma tiene una capacidad instalada de 6.900 MW, más de 9.600 kilómetros de líneas de transmisión y 208 mil kilómetros de distribución. 

Si bien Copel es una de las principales compañías de energía del país, también participa en otros sectores económicos como el de telecomunicaciones y gas natural.

Su operación durante los últimos años ha entregado cifras positivas. Su Ebitda en 2022 creció 10,5% frente a 2021, impulsado por “un mejor escenario hídrico”, mientras que su generación de caja creció casi 17% durante el periodo.

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