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Alaya Capital va por su fondo más grande: US$ 80 millones para invertir en 25 startups

El fondo cordobés -con socio chileno- que invirtió en etapa temprana en Betterfly, y que es uno de los más grandes latinoamericanos, ya cerró más del 40% del financiamiento e invirtió en tres startups: Lemon, SixClovers y Megabite.

Por Juan Pablo Silva, DF MAS Chile / Fotos: DF MAS I Publicado: Lunes 19 de septiembre de 2022 I 11:58
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Claudio Barahona (39) es mitad chileno mitad alemán. Cuenta que sus padres eran hippies y se conocieron mochileando. “Yo llegué a interrumpirles la fiesta”, dice riendo. Vivió en Alemania hasta los 12 años y posteriormente estudió en Chile en el Colegio Suizo. Al egresar, entró a Ingeniería Civil en la Universidad de Chile. Su hobbie eran los videojuegos. Sus preferidos, Starcraft y Counter Strike.

En los años 2000 pensó que su pasatiempo podía ser un negocio y empezó a organizar los primeros campeonatos gamers. En esos tiempos no eran virtuales y se juntaban en los departamentos.
Tras un par de torneos exitosos se dio cuenta del potencial del negocio, congeló la universidad y empezó a organizar juntas en departamentos y subterráneos. Escaló a gimnasios y terminó arrendando Estación Mapocho para 5.000 personas y cerró San Carlos de Apoquindo para una olimpiada mundial de videojuegos. Sin quererlo tenía una productora de eventos.

Al mismo tipo, creó Esports Chile, en esos tiempos no abundaban los insumos para gamers y trajó de las primeras sillas especializadas, mouse y equipamiento para perfeccionar el desempeño de los jugadores. A los 25 años llegó un fondo privado y le compró la empresa. Con ese dinero adquirió un departamento y empezó a invertir en proyectos de sus amigos, todos del mundo de la tecnología. No sabía que eso era ser inversionista ángel. Uno de los más conocidos fue Redgol, el sitio online de noticias deportivas. Volvió a la universidad para sacar el título.

Ministerio de economía y Wayra

El 2009 entró a trabajar al Ministerio de Economía como coordinador de emprendimiento y capital humano, fue parte del grupo fundador de Start-Up Chile y a su cargo estaba el equipo de educación para emprendedores. Trabajó en el Estado hasta el 2011, cuando lo contactaron de Telefónica para crear Movistar Innova y armar el área venture de la compañía española en Chile. Al año siguiente este pasó a ser Wayra, el corporate venture de la empresa, y comenzó su etapa como scout de startups.

Ahí estuvo hasta el 2020 y participó en la inversión de algunas tecnologías como UPlanner, Políglota, FirstJob, Autofact y Recorrido. Asimismo, participó en el directorio de Zapping, Comunidad Feliz y SimpliRoute, además de las anteriores. Posterior a su salida -según Barahona-, las inversiones en capital de riesgo habían significado más de US$ 4 millones de ingresos para la compañía de telecomunicaciones.

Tras cerca de ocho años en el área de corporate venture capital, Barahona empezó a buscar nuevos rumbos. El hecho de no tener participación en los retornos de las inversiones y sentir que no era algo suyo le hizo empezar a mirar a otros lados. El ingeniero conocía a los fundadores de Alaya Capital, el fondo VC argentino -juntos habían participado en distintos directorios de empresas-, y recibió una oferta para unirse como socio.

La inversión en Betterfly

Alaya fue fundado el 2011 por Omar Vega y Mario Barra, dueños de la firma de software Vates; el ex Motorola Carlos Baradello; Óscar Guardianelli, exgerente general del grupo Arcor y el inversionista Luis Bermejo Su primer fondo fue de US$ 1 millón e invirtieron en siete compañías. Ese fondo tuvo cuatro exits y se multiplicó por dos.

Con el piloto ya probado, el 2017 decidieron levantar un segundo fondo, esta vez de US$ 20 millones y con apertura de oficinas en Chile. A dos años de haber empezado las inversiones entró Barahona. Parte de esos fondos fueron a parar a startups chilenas, convirtiéndose en uno de los primeros que apostaron por Betterfly y Houm.

El managing partner de Alaya recuerda el minuto en que decidieron invertir en la empresa fundada por Eduardo y Cristóbal della Maggiora. Llegaron recomendados por su socio Luis Bermejo y solo tenían un power point con una idea. En ese minuto se llamaba Burn to give, algo más parecido a una ONG que a una startup. “Era un concepto con un propósito evidente pero sin tracción todavía”, recuerda Barahona. “Dijimos, la van a hacer, a lo mejor con esto o con otra cosa, pero la van a romper”. La inversión en Betterfly ya se ha multiplicado por 40, y con eso se pagó el segundo fondo. “En ese minuto apostamos más por el jinete que por el caballo”, agrega aludiendo a la dupla Della Maggiora.

Alaya III

Por estos días los socios se están reuniendo con inversionistas para  levantar su tercer fondo. Ya tienen comprometido cerca de US$ 32 millones y esperan llegar a US$ 80. Entre los comprometidos están el exfutbolista Hernán Crespo, el fundador de Despegar.com Roberto Souviron; Murchinson y Kawen, grupos empresariales argentinos y chilenos respectivamente, además de family offices.

El plan es invertir aproximadamente US$ 1 millón en al menos 25 startups que se encuentren en etapa de escalamiento regional. Ya pusieron sus tres primeras fichas, y aunque aún no lo hacen en ninguna firma nacional, están en avanzadas conversaciones con Kredito, GoodMeal y algunas compañías de logística inversa.

Las inversiones cerradas están, por ahora, en: Lemon, una startup argentina que tiene como principal producto una billetera virtual que integra operaciones del sistema financiero tradicional con criptomonedas; SixClovers, fundada por los ex líderes de tecnología y negocios de PayPal, Jim Nguyen y Nas Kavian, que desarrolló una red de pagos transfronteriza descentralizada que conecta monedas tradicionales y digitales, y Megabite, una startup peruana que desarrolló un restaurante digital multimarca que opera 100% a través de canales digitales.

Barahona -que parte durante estas semanas a abrir la oficina en México- señala que ha evaluado entre 2.000 y 2.500 compañías desde que está en Alaya, y como fondo se juntan al menos con 800 al año. Lo que más le importa es el equipo fundador, que sea complementario entre los creadores y tengan una idea escalable en la región.

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