Por qué el Gobierno de México está fabricando autos eléctricos de bajo costo

Por Christine Murray

En los últimos seis años, el partido gobernante de izquierda de México ha creado una aerolínea, un banco y una empresa de turismo gestionadas por el Hobierno. ¿Su próximo proyecto empresarial? Un vehículo eléctrico de bajo costo.

Este mes, la Presidenta Claudia Sheinbaum dio más detalles de una marca de autos estatales llamada “Olinia”, que significa “movimiento” en la lengua indígena náhuatl. La propuesta es un vehículo sencillo y ultracompacto diseñado y construido en México, con un precio final de venta al público de entre 90.000 y 150.000 pesos mexicanos (US$ 4.400 y US$ 7.300) que se puede cargar en cualquier enchufe, como un refrigerador, y será una alternativa más segura a las motocicletas.

“Los vehículos eléctricos que se venden actualmente en México son caros y no son accesibles para la mayoría de las familias mexicanas. Eso es lo que vamos a cambiar", dijo Roberto Capuano Tripp, director del proyecto, a principios de este mes.

Para el final del mandato de Sheinbaum, el Gobierno quiere lanzar tres modelos diferentes, presentando el primero en el partido inaugural de la Copa Mundial de 2026 en el icónico Estadio Azteca de México. Los vehículos serían sólo para uso urbano, con las partes principales fabricadas en el estado de Sonora y ensambladas en diferentes partes del país.

El anuncio provocó una serie de memes y bromas en algunos medios mexicanos que ridiculizaban a los nuevos "AMLOrghinis" (en referencia al presidente anterior Andrés Manuel López Obrador), y vídeos generados por inteligencia artificial (IA) de Sheinbaum conduciendo un auto de juguete de plástico.

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¿Pero puede funcionar?

La transición a la movilidad eléctrica en los países de ingresos bajos y medios ha sido lenta debido a las preocupaciones sobre los altos costos iniciales, según un informe del Banco Mundial de 2022. La industria automotriz de clase mundial de México se centra en las ventas en el extranjero, particularmente en EEUU; fabricó casi 4 millones de vehículos el año pasado y exportó casi 3,5 millones.

La idea no es competir con los híbridos de alta gama o los mini-SUV eléctricos, sino con los 7 millones de motocicletas del país, algunas de las cuales se utilizan para viajes cortos o como taxis en barrios de clase trabajadora con muy poca planificación urbana y pocas opciones de transporte público.

Stephanie Brinley, directora asociada de AutoIntelligence en S&P Global Mobility, dijo que los consumidores de países de ingresos medios como México estaban mostrando interés en los vehículos eléctricos, pero "la transición de combustión interna a electricidad nos llevará entre 10 y 15 años".

El presupuesto inicial del proyecto de sólo 25 millones de pesos (US$ 1,2 millones) no sugiere grandes ambiciones de fabricación en medio de fuertes presiones fiscales. Un estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales estimó que China gastó US$ 4.300 millones en financiar investigación y desarrollo en su sector de vehículos eléctricos en 2023.

Competir con China está resultando demasiado difícil para los gigantes automotrices mundiales, y más aún para el Gobierno mexicano.

Uno de cada cinco vehículos comprados en México en 2023 se fabricó en China. El Ejecutivo mexicano está tomando medidas drásticas contra las importaciones chinas en un intento de mantener su acuerdo comercial con EEUU y Canadá. Pero incluso con los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, competir con sus productos es una tarea difícil.

La red de carga pública del país también está limitada a 3.321 estaciones de carga, según el grupo comercial Electro Movilidad Asociación, y la red eléctrica ya está bajo una gran presión. Las empresas privadas interesadas en invertir están esperando con cautela las reglas finales de Sheinbaum para la inversión privada en electricidad, que deberían estar disponibles en febrero.

Otra preocupación es el pobre historial de muchas empresas estatales mexicanas. La aerolínea Mexicana tuvo que suspender muchas de sus rutas y ahora tiene sólo dos aviones en su flota (está esperando una entrega más grande de la brasileña Embraer); la petrolera estatal Pemex es la petrolera más endeudada del mundo; y algunos de los nuevos centros turísticos del país administrados por militares han tenido un mínimo de visitantes.

Morena, el partido gobernante, considera que la reactivación y creación de nuevas empresas estatales es parte de su proyecto político, que recuerda los años de rápido crecimiento de las décadas de 1950 y 1960, conocidos como el “milagro mexicano”. Una marca gubernamental creada en 1951 llamada Diesel Nacional (DINA) fabricó autobuses y camiones hasta su privatización en 1989.

La pregunta será si los consumidores mexicanos quieren comprar lo que Olinia les puede ofrecer.