ES NOTICIA:

Close

Militares colombianos ven al nuevo presidente Gustavo Petro con "profunda inquietud"

El exguerrillero deberá navegar por las tensas relaciones con las Fuerzas Armadas del país mientras se prepara para tomar posesión.

Por Financial Times, traducido por María Gabriela Arteaga / Foto: Reuters I Publicado: Viernes 5 de agosto de 2022 I 10:09
Comparte en:

Este fin de semana tendrá lugar en Bogotá una ceremonia que habría sido inimaginable hace unos años: los altos mandos de las fuerzas armadas colombianas se presentarán ante el exguerrillero de izquierda Gustavo Petro y lo reconocerán como su nuevo comandante en jefe.

La importancia del momento no pasará desapercibida para los colombianos. Petro, que será investido presidente ese mismo día, pasó más de una década en el M-19, un movimiento rebelde urbano. Cuando era un joven revolucionario en la década de 1980, dice que fue arrestado dos veces por soldados y torturado. Sostiene que una parte del actual liderazgo militar es corrupta.

Una vez finalizados los actos del domingo, Petro tomará las riendas de un país en el que las Fuerzas Armadas son el centro de la identidad nacional. El país gasta más de su producto interno bruto (PIB), el 3,4%, en el ejército que cualquier otra nación de América Latina. Le sigue Ecuador con el 2,5%, seguido por Chile (2%), Brasil (1,2%), Perú (1,1%) y México (0,7%).

El nuevo presidente heredará un país que sigue sumido en el conflicto, a pesar del tan anunciado acuerdo de paz de 2016 con el más conocido de sus grupos guerrilleros, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esto significa que la relación de Petro con las fuerzas armadas —que nunca ha sido buena— será vital para su éxito.

"Hay una profunda inquietud en el ejército con respecto a Petro", dijo Elizabeth Dickinson, analista principal de Colombia para el International Crisis Group. "Ha criticado durante mucho tiempo a la institución".

Durante la campaña electoral de este año, afirmó que algunos generales colombianos estaban "en la nómina" del Clan del Golfo, un poderoso grupo de delincuencia organizada que ha desatado una ola de violencia recientemente en el país. El jefe del ejército respondió en una disputa pública en Twitter y desde entonces ha dimitido.

Después de ganar las elecciones de junio, Petro volvió a provocar irritación al nombrar al fiscal Iván Velásquez como su próximo ministro de Defensa. Velásquez ayudó a combatir los cárteles de la droga en la década de 1990 y, al igual que Petro, puso al descubierto los vínculos entre el Estado y los paramilitares. Muchos lo consideran un valiente investigador, aunque no es un militar.

Los escándalos de corrupción y derechos humanos han empañado la reputación del ejército en los últimos años. Las revelaciones más impactantes fueron que los soldados mataron a civiles y los disfrazaron de guerrilleros para inflar el número de bajas. A cambio, recibieron beneficios y ascensos. El año pasado, un tribunal identificó más de 6.400 de estos asesinatos denominados "falsos positivos" que datan del gobierno de 2002 a 2010 del presidente derechista de línea dura Álvaro Uribe.

Seguridad

Petro ha esbozado varias propuestas de reforma de las fuerzas de seguridad. Quiere que los soldados acusados de abusos contra los derechos humanos sean juzgados por tribunales civiles, no por tribunales militares. También quiere separar la policía del Ministerio de Defensa, lo que pondría a Colombia en línea con otras naciones latinoamericanas. Esto sería un error, según Juan Carlos Restrepo, exasesor de seguridad nacional. "Esos otros países no han sufrido los movimientos insurgentes o las guerrillas aliadas con los cárteles de la droga".

Petro quiere suprimir el servicio militar, nominalmente obligatorio para los hombres adultos. También ha prometido disolver el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la policía responsable de algunas de las muertes en las protestas del año pasado contra el gobierno saliente de Iván Duque.

El nuevo presidente tiene la intención de reanudar las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un grupo guerrillero marxista. Duque suspendió las conversaciones con el ELN después de que esta organización insurgente de extrema izquierda bombardeó una escuela de policía en Bogotá en 2019, matando a 22 personas, la mayoría jóvenes cadetes.

Aunque es probable que la relación entre Petro y el ejército sea tensa, hay poco riesgo de que intenten derrocarlo; el país ha evitado en gran medida los golpes militares que han asolado América Latina.

"Las relaciones son muy tensas en este momento", dijo Oscar Palma, experto en defensa de la Universidad del Rosario en Bogotá y exmilitar. "Pero no creo que el ejército sabotee las propuestas de Petro. Las fuerzas armadas de Colombia respetan mucho el orden constitucional".

Comparte en: