España queda bajo la lupa tras ser acusada de ayudar a Venezuela a exiliar al líder opositor Edmundo González
Madrid recibe duras críticas por su papel en la salida del embajador tras recibir presiones dentro de la embajada.
Por Michael Stott, Bryan Harris y Barney Jopson
España ha recibido duras críticas por facilitar presuntamente el exilio del principal candidato presidencial de la oposición venezolana, que, bajo protección diplomática española, fue presionado para firmar un documento que reconocía la victoria de Nicolás Maduro.
Edmundo González, exdiplomático venezolano que, según la oposición, ganó las elecciones de julio, abandonó Caracas el 7 de septiembre y solicitó asilo político en España tras pasar semanas escondido para evitar su detención. Su salida representó un duro golpe para la oposición, que había prometido colocar a González como presidente cuando finalice el actual mandato de Maduro en enero.
Maduro ha desplegado una radical campaña de represión desde los comicios, en las que afirmó haber ganado un tercer mandato, un resultado reconocido por Rusia, China, Irán y Corea del Norte, pero no por Occidente. La oposición ha presentado copias de cerca del 80% de las actas oficiales para demostrar que González derrotó a Maduro, y EEUU ha respaldado esta afirmación.
González, un hombre de 75 años y con problemas de salud, dijo esta semana que fue obligado a firmar bajo coacción una carta reconociendo la victoria de Maduro como condición para que se le permitiera salir de Venezuela.
La administración de Maduro publicó más tarde lo que dijo eran fotografías de González firmando el documento dentro de la residencia de la embajada de España en Caracas durante una reunión con el principal mediador político de Maduro, Jorge Rodríguez, y su hermana Delcy, que es la vicepresidenta. También estuvo presente el embajador de España en Venezuela, Ramón Santos.
El líder de la oposición conservadora española, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido la dimisión del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y del embajador por este asunto, alegando que "la diplomacia española, pilar esencial de la diplomacia europea en Iberoamérica, no puede estar al servicio de un régimen dictatorial".
Un alto funcionario del Gobierno brasileño le dijo al Financial Times (FT) que los hermanos Rodríguez visitaron la residencia para presionar a González, algo que "nunca debió permitirse".
"Maduro sacó a González del país mediante la intimidación y el Estado español fue el principal facilitador", dijo el funcionario. "Tienen que explicar lo que hicieron y rendir cuentas".
El Gobierno español rechaza las acusaciones de que participó en forzar la salida de González del país e insiste en que había intentado garantizar la seguridad del líder opositor y responder a su petición de asilo.
González se había refugiado a salvo durante casi cinco semanas en la residencia de la embajada holandesa tras las elecciones, pero recibió la visita de los hermanos Rodríguez apenas después de trasladarse a la residencia española.
González se deprimió cuando se dio cuenta, unas tres semanas después de las elecciones, de que el Gobierno de Maduro no iba a derrumbarse y que tendría que permanecer indefinidamente bajo protección diplomática en Venezuela o pedir asilo en el extranjero, según una persona cercana a la oposición.
Alrededor de ese momento habló con José Luis Rodríguez Zapatero, un exprimer ministro español socialista cercano a Caracas, que fue una figura clave en la negociación del acuerdo que llevó a la salida de González, le dijo la persona al FT.
El funcionario brasileño dijo que había escuchado que Zapatero había discutido el plan para exiliar a González a España con los hermanos Rodríguez "y ayudó a llevarlo a cabo". No fue posible contactar con Zapatero para que conocer sus comentarios.
González fue trasladado a la residencia de la embajada española el 5 de septiembre bajo la creencia de que recibiría asilo en España, quedando aún detalles finales que concretar con el embajador. Tras este hecho, se sucedieron dos días de negociaciones, durante los cuales los hermanos Rodríguez se presentaron en persona con un documento para que González lo firmara.
Albares dijo el jueves ante reporteros en Bruselas que su Gobierno no había invitado a nadie a visitar a González en la residencia del embajador y "no ha participado en la redacción, concepción, elaboración de ningún tipo documento que se haya podido establecer entre Edmundo González y el gobierno". El embajador estuvo presente durante las conversaciones y apareció en las fotografías porque la residencia sólo tenía una sala de recepción, añadió.
Christopher Sabatini, experto en América Latina de Chatham House, dijo que la firma en esas circunstancias "viola la noción misma de asilo diplomático, convirtiendo al Gobierno español en cómplice del robo electoral y la represión del gobierno de Maduro".
En una declaración el jueves que pretendía calmar la tormenta, González agradeció a España su apoyo y dijo: "No he sido coaccionado ni por el Gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela, Ramón Santos". Una fuente de la oposición venezolana en contacto con González dijo que éste hizo la declaración a raíz de una petición urgente de Albares.
Caracas ha intentado aprovechar la salida de González como un golpe propagandístico, pintándolo como débil y cobarde. Jorge Rodríguez blandió una copia del documento de González en una rueda de prensa el jueves, describiéndolo como "no es más que una capitulación del señor González Urrutia".
Burlándose de la afirmación de González de que firmó bajo coacción, Rodríguez reprodujo fragmentos de una grabación de audio que, según él, mostraba un ambiente cordial con conversaciones acompañadas de whisky. González dijo que la reunión había sido fotografiada y grabada sin su permiso.
"Se presentaron con un documento que tendría que refrendar para permitir mi salida del país", dijo González. "En otras palabras, o firmaba o me atenía a las consecuencias. Hubo horas muy tensas de coacción, chantaje y presiones".
Ryan Berg, director del programa de las Américas en el centro de expertos CSIS de Washington, dijo: "La evidencia disponible parece sugerir que España desempeñó un papel en posibilitar el exilio forzado de Edmundo González por parte del régimen, un enorme golpe para los venezolanos que esperaban un cambio y votaron por él".
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