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Las propuestas que están sobre la mesa para mejorar las pensiones en Colombia

Federación Internacional de Administradora de Fondos de Pensiones analizó las distintas ideas que están sobre la mesa, las que seguramente serán debatidas cuando asuma el gobierno de Gustavo Petro, dado que fue un tema de campaña.

Por Andrés Pozo B. / Foto: Reuters I Publicado: Miércoles 27 de julio de 2022 I 18:05
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Tres de cuatro trabajadores colombianos no logra pensionarse en ninguno de los regimenes que existen en ese país, básicamente por la informalidad laboral del país, que llega a 60%. Así como en otros países de la región, el sistema que permita financiar los recursos para las personas de mayor edad se espera que esté en el debate en los próximos meses.

No solo por la situación actual por la que atraviesa ese país, sino que también porque fue uno de los temas más importantes que se discutió en la recién terminada campaña presidencial, donde Gustavo Petro se quedó con la Presidencia de la República.

En este contexto, han surgido una serie de propuestas para intentar subir los montos de jubilación, las que estuvieron bajo la lupa de la Federación Internacional de Administradora de Fondos de Pensiones (FIAP), que analizó sus efectos.

Como base, el sistema de pensiones de Colombia tiene básicamente tres pilares: uno no contributivo focalizado en las personas con menos recursos, que se financia con impuestos generales y que se llama Colombia Mayor.

El segundo lugar está el contributivo, el que a su vez tiene dos vertientes: un sistema de reparto (RPM) y otro de capitalización individual (RAIS), que compiten desde 1993.

El último es un pilar de ahorro adicional, con incentivos tributarios.

Pese a todo esto, la informalidad, los sueldos bajos, la baja densidad de cotizaciones, entre otros factores, han provocado que cerca de la mitad de los adultos mayores del país estén desprotegidos para afrontar la vejez.

Las propuestas

Las propuestas que están sobre la mesa incluyen varias medidas y fueron elaboradas por Asofondos, el gremio que agrupa a las empresas privadas que administran los fondos de pensiones; el think tank Fedesarrollo y la Universidad de Los Andes.

La primera medida considera expandir el esquema de asistencia social, combinando transferencia a pensionados sin ahorro a través de Colombia Mayor, con un esquema de subsidios para aquellos que hayan alcanzando a hacer ahorros durante su vida laboral, pero menores para obtener una pensión, que en Colombia no puede ser bajo el sueldo mínimo.

En la práctica, esta idea de la universidad implicaría que las transferencias del Estado se complementarían con los retiros periódicos que se generen de su ahorro más un adicional equivalente hasta el 20% del monto que la persona obtiene de sus recursos.

Mientras actualmente Colombia Mayor, que cubre del orden del 25% de los adultos mayores, entrega unos US$ 21 al mes, se propone llevarlo a unos US$ 108 al mes, aunque iría decreciendo en base a los ahorros propios que logre la persona.

Otro tema, es eliminar una supuesta competencia desleal que existe entre los sistemas de pensiones de reparto y contribución individual.

En esta línea, se propone que el primero de estos modelos avance de forma gradual a un sistema de cuentas nocionales, eliminando subsidios a rentas altas y reconociendo intereses sobre las devoluciones, entre otras cosas. Aunque esto seguiría funcionando como un reparto, se estima que esto podría hacerlo más sostenible y equitativo.

Otras medidas serían subir la edad de jubilación, para llegar a 65 años en los hombres y 60 en las mujeres, estableciendo además un ajuste automático.

Por el lado de Fedesarrollo, se hicieron dos propuestas relevantes: entregar un beneficio de US$ 132 mensuales a las personas mayores de 65 que no reciban pensión en el sistema obligatorio; profundizar la competencia en el pilar contributivo, aumentando la porción de la cotización que va a ahorro individual, llevando al organismo público que administra el sistema de reparto a un modelo de cuentas nocionales.

Aunque la FIAP manifestó una visión positiva de estos cambios, respecto de adecuar el sistema de reparto en uno de cuentas nocionales, alertó que se mantienen las deficiencias en cuanto a la insostenibilidad financiera y menores retornos que lleva.

Alternativamente, señala, se podría transitar a un sistema 100% de ahorro individual, pero con una AFP pública que compita en igualdad de condiciones con las privadas.

El rol de Petro

Aunque no está abordado en el documento de FIAP, se espera que el nuevo gobierno presente una reforma al sistema de pensiones. Consultado sobre esto, el gerente de Estudios del organismo internacional, Manuel Tabilo, explicó que en lo fundamental, el presidente electo proponía entregar un bono pensional de unos US$ 133 mensuales para tres millones de personas que hoy no tienen recursos para su vejez.

“Esta política costaría unos US$ 4.802 millones cada año y, según Petro, no sería necesaria una emisión de dinero”, dijo, agregando que los recursos saldrían de una reforma que modifique la distribución actual que tiene el sistema, donde las cotizaciones de quienes ganen hasta cuatro salarios mínimos (unos US$ 1.067) mensuales, en lugar de ir a fondos privados, irían obligatoriamente al sistema público de reparto.

Esto, en base al gremio local Asofondos, garantizaría pensiones altas pero subsidiadas a los de mayores ingresos, pero castigaría a los trabajadores de menores ingresos, que es el 80% de la población.

Esto, además se mezclaría con la discusión de si cambiar la distribución de recursos de los afiliados es, en la práctica, expropiar a los ahorros para pensiones.

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