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Intruso populista sacude elecciones presidenciales de Colombia

Las encuestas sugieren que el empresario Rodolfo Hernández representa una amenaza para Gustavo Petro, el favorito de izquierda en una segunda vuelta.

Por Gideon Long, Financial Times / Foto: Twitter I Publicado: Lunes 23 de mayo de 2022 I 08:11
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Un candidato populista no tradicional está sacudiendo las elecciones presidenciales de Colombia en los últimos días de la campaña, abriendo lo que ha sido en gran medida una contienda de dos candidatos entre el senador radical de izquierda Gustavo Petro y Federico Gutiérrez de centroderecha.

Rodolfo Hernández, un empresario de 77 años, quien quiere combatir la corrupción gubernamental, se ha disparado en los sondeos de opinión y amenaza con pasar a Gutiérrez al segundo puesto en la votación del próximo domingo. Si lo hace, es probable que se enfrente a Petro en una estrecha segunda vuelta en junio.

“El pueblo colombiano y yo somos los únicos que podemos vencer a Petro en la segunda vuelta”, escribió Hernández en Twitter esta semana después de que tres encuestas sugirieron que estaba ganando impulso y acercándose a Gutiérrez.

El ascenso de Hernández ha agregado un nuevo elemento volátil a una campaña que hasta ahora ha estado dominada por Petro.

La edad, la riqueza y las diatribas de Hernández contra los políticos tradicionales han llevado a algunos a llamarlo “el Trump de Colombia” o compararlo con el italiano Silvio Berlusconi.

“Es parte de una tendencia reciente de empresarios convertidos en políticos en América Latina”, dijo Yann Basset, politólogo de la Universidad del Rosario en Bogotá, quien lo compara con Ricardo Martinelli en Panamá, Sebastián Piñera en Chile y Mauricio Macri en Argentina, todos millonarios hechos a sí mismos que se convirtieron en presidentes.

Cuando Hernández lanzó su campaña el año pasado, sin partido político y con un movimiento improvisado llamado Liga de Gobernadores Anticorrupción, pocos le dieron una posibilidad de ganar. Él mismo ha financiado su campaña, con la riqueza acumulada al frente de su empresa constructora, y ha hecho un uso extensivo de las redes sociales.

El simple mensaje de Hernández de poner fin a la corrupción mediante la reducción de los presupuestos estatales ha resonado en un país donde muchos votantes ven la lucha contra la corrupción como una prioridad máxima. Ha prometido poner fin al uso de aviones y helicópteros presidenciales y vender embajadas para pagar las deudas oficiales.

Aunque no ha sido un participante en la política nacional, Hernández sí ocupó el cargo de alcalde de su ciudad natal de Bucaramanga, en el noreste de Colombia, de 2016 a 2019, aunque fue un mandato tormentoso. En 2018 fue suspendido por golpear a un concejal de la ciudad. Al año siguiente fue inhabilitado por violar las reglas de Colombia sobre hacer campaña mientras ocupaba un cargo público. Hernández renunció tres meses antes de que terminara su mandato.

A pesar de su retórica anticorrupción, él mismo enfrenta acusaciones de corrupción, que datan de su época como alcalde. Lo acusan de adjudicar indebidamente un contrato para el reciclaje de basura en Bucaramanga. Él niega los cargos, pero el caso debe ir a juicio en julio, sólo dos semanas antes de que asuma el poder el próximo presidente de Colombia.

Recientemente, en marzo, las encuestas lo mostraron con un 10 por ciento de la votación, pero una encuesta ahora lo ubica con un 19 por ciento frente al 21 de Gutiérrez, con Petro muy por delante con un 36 por ciento; otra encuesta lo tiene ya en segundo lugar.

Las últimas encuestas para una posible segunda vuelta mostraron que, aunque Petro vencería cómodamente a Gutiérrez en una contienda entre solamente dos candidatos, Petro y Hernández empatarían en una potencial segunda vuelta.

Hernández fue profundamente afectado por el prolongado conflicto civil de Colombia. Su padre fue secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y retenido durante más de cuatro meses y en 2004 su hija fue secuestrada por otro grupo insurgente marxista, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Hernández dijo que se negó a pagar un rescate de US$2 millones y el grupo la “desapareció por la fuerza”. Él cree que ella está muerta, pero su cuerpo nunca ha sido encontrado.

Basset dijo que el exalcalde inconformista es “difícil de ubicar” en un espectro de izquierda a derecha. Es un empresario que aboga por cierto proteccionismo. Impulsa una agenda conservadora de ley y orden, pero quiere restablecer las relaciones consulares y comerciales con el régimen socialista de Nicolás Maduro en Venezuela. Votó en contra del acuerdo de paz con las FARC en un plebiscito en 2016, pero dijo que implementaría ese acuerdo en su totalidad.

Algunos analistas dicen que Hernández tiene impulso y podría obtener más votos en la última semana, principalmente de los derechistas que están desesperados por detener a Petro y temen que Gutiérrez ha perdido fuerza.

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