Brasileña de gestión ambiental Ambipar pone foco en Chile, Perú y Paraguay en estrategia de expansión

El tránsito hacia una economía sostenible y una gestión efectiva de residuos forman parte de los desafíos de largo plazo compartidos por cientos de empresas y  jurisdicciones en el mundo; y América Latina no es la excepción. 

Vastas son las oportunidades que tienen las empresas, no solo de transitar hacia modelos circulares y eficientes, sino también de proveer soluciones encaminadas a responder a la reducción de emisiones y protección del medio ambiente. 

Tal es el caso de Ambipar Environment, compañía de residuos de origen brasileño y brazo para Latinoamérica del Grupo Ambipar, que redefinió su estrategia en 2021 con miras a dejar de ser un actor concentrado en el negocio sanitario. 

Se replanteó convertirse en una compañía con un giro más amplio, enfocando su oferta de valor hacia la prestación de servicios ambientales basados en modelos de economía circular y carbono neutralidad. 

Entonces, adquirió Disal -un proveedor de soluciones ambientales con presencia en Brasil, Chile y Paraguay- y este 2023 ha puesto las fichas en crecer en la región durante los próximos tres años, lo que implica una inversión de entre US$ 50 millones y US$ 80 millones. 

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El detalle

El plan de la brasileña contempla dos grandes ejes. El primero de ellos guarda relación con el levantamiento de nuevos proyectos, adquisiciones y alianzas estratégicas con el objetivo de ampliar su capacidad operacional y, en consecuencia, consolidar su posición en el sector de la gestión ambiental en la región. 

Sobre este punto, Matías Lagos, gerente general corporativo de Ambipar Environment para América Latina, comentó a DFSUD que la idea es “llegar con modelos de desarrollo para industrias como la minería, agricultura, construcción, alimentos, salmonicultura, forestal, retail y eventos masivos en los tres mercados foco que son Perú, Chile y Paraguay”, dijo. 

Esto incluye las soluciones necesarias para la implementación de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP) en el caso de Chile. 

De hecho, como parte de esto último, en el país austral están construyendo un centro de clasificación y pretratamiento para la valorización de residuos por US$ 22 millones con una capacidad de procesar hasta 60 mil toneladas al año, para prestar servicios de clasificación y pretratamiento para desechos sólidos provenientes de diversos sectores industriales y Sistemas de Gestión REP.

Además, en lo que resta de año proyectan la construcción de otros centros en el norte y sur del territorio, luego de concretar la adquisición mayoritaria de Recynor y Ecofibras, empresas especializadas en soluciones de economía circular. 

En Perú, la firma también está desarrollando un centro de clasificación y pretratamiento para la valorización de residuos con capacidad para 25 mil toneladas anuales de procesamiento, con fecha estimada de entrada en operación durante el segundo semestre de este año. 

El segundo eje trazado por la compañía tiene que ver con ampliar sus horizontes a otros mercados; y allí Colombia aparece como uno con gran potencial para el desarrollo del negocio. 

Para llevarlo a cabo, la compañía está en la búsqueda de alianzas estratégicas que le permitan lograr una presencia sólida en la industria local. 

Al ser consultado sobre las razones detrás de la apuesta por la nación cafetera, Lagos señaló que tanto ese país, como el resto de la región, “se caracterizan por su gran dinamismo en la evolución regulatoria, orientada a una gestión más sostenible de residuos”. 

Para la firma, dijo, esto se traduce en una oportunidad que se suma al hecho de que “nuestros clientes se caracterizan por contar con potentes políticas de sostenibilidad, que nos obligan permanentemente a ampliar nuestra cartera de servicios”.