Latinoamérica une esfuerzos para responder a las agresiones de Donald Trump
Los presidentes de la región celebrarán una cumbre de emergencia este jueves para responder a las deportaciones masivas de migrantes iniciadas por el Presidente Donald Trump.

Por Michael Stott y Joe Daniels
Los presidentes latinoamericanos celebrarán una cumbre de emergencia este jueves para responder a las deportaciones masivas de migrantes iniciadas por el presidente Donald Trump, mientras se recuperan de sus agresivas tácticas hacia dos de los aliados regionales tradicionales de Washington.
Trump aplicó aranceles del 25% al comercio con Colombia e impuso sanciones de visado y de otro tipo el domingo después de que Gustavo Petro, el mandatario izquierdista, rechazó los vuelos militares estadounidenses que estaban deportando migrantes. El enfrentamiento terminó a las pocas horas después de que Bogotá cediera a las exigencias de Washington.
El dramático conflicto, que en gran parte se produjo a través de las redes sociales, inquietó a las naciones latinoamericanas, ya atemorizadas por las amenazas de Trump de recurrir a la fuerza militar para restablecer el control estadounidense sobre el canal de Panamá y de imponer elevados aranceles a México, el mayor socio comercial estadounidense.
"Hay mucha alarma entre las embajadas latinoamericanas en Washington", dijo un alto diplomático regional en Washington. "Parece que hemos vuelto a 1897 y a la era del presidente William McKinley, quien invadió Cuba y Filipinas".
Las divisas de los mercados emergentes se vieron sacudidas por la disputa del domingo, con el peso mexicano y el rand sudafricano ambos cayendo alrededor de un 2% frente al dólar estadounidense. El peso colombiano cayó un 1,5% frente al dólar el lunes por la mañana, antes de recuperar un poco de terreno.
Panamá, una nación de apenas 4,5 millones de habitantes sin ejército, y extremadamente dependiente del comercio y de la inversión estadounidenses, se considera particularmente vulnerable a las exigencias de Trump de que Washington recupere el control del canal que construyó hace más de un siglo. El Presidente estadounidense ha afirmado que China opera ahora el canal y que el transporte marítimo estadounidense está siendo "estafado" por los cargos que se cobran por utilizar la vía navegable.
Xiomara Castro, la presidenta hondureña, convocó una cumbre de emergencia de líderes de la región en su calidad de jefa de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), tras una petición de Petro. En la reunión se discutirán la migración, el medio ambiente y la unidad regional, dijo la mandataria en X.
Michael Shifter, asociado sénior del centro de estudios Diálogo Interamericano (IAD, su sigla en inglés) en Washington, dijo que era poco probable que los líderes latinoamericanos se mostraran deferentes ante Trump.
"Ellos van a tratar de encontrar un equilibrio", dijo Shifter, "reconociendo que, por un lado, tienen que ser pragmáticos porque Trump es realmente capaz de imponer sanciones, lo cual sería muy doloroso para estos países. Por otro lado, también tienen que guardar las apariencias y demostrar que tienen orgullo nacional y que protegen la soberanía".
Cuba y Venezuela, aliados de Rusia, respaldaron rápidamente a Petro, un exguerrillero con un largo historial de diatribas contra la política estadounidense en los medios sociales sobre temas que van desde Gaza hasta la guerra contra las drogas. Pero las mayores potencias de la región, Brasil y México, no hicieron comentarios públicamente.
Los diplomáticos dijeron que querían coordinar posturas discretamente y dejar que la situación se calmara antes de adoptar una postura pública.
"Petro ha dado una lección de cómo no lidiar con Trump", dijo un segundo diplomático regional. "Él se lanzó a la batalla en los medios sociales sin tener la capacidad de sostener su lucha".
Varios comentaristas señalaron que el líder colombiano había socavado su propia posición al previamente aceptar los vuelos militares estadounidenses de deportación de migrantes, los cuales se remontan a años atrás bajo administraciones demócratas y republicanas.
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Colombia, tradicionalmente el aliado más cercano de EEUU en Sudamérica, en gran medida depende del mercado estadounidense para sus exportaciones de petróleo, café y flores cortadas, y tiene poca influencia en Washington.
El momento también fue inoportuno, ya que el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo —un pragmático angloparlante y exembajador en Washington— será reemplazado el 1 de febrero por Laura Sarabia, la jefa de gabinete de Petro, de 30 años, quien carece de experiencia diplomática.
Ante la incertidumbre sobre el paradero de Petro el domingo, un equipo de crisis formado por Sarabia, Murillo y otros funcionarios se reunió en el palacio presidencial y en la sede de la cancillería. El principal interlocutor del lado estadounidense, según los diplomáticos, fue Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para Latinoamérica en el Departamento de Estado. "Petro estuvo en constante comunicación, siempre escuchando y respondiendo", dijo una persona con conocimiento directo de las conversaciones.
Bruce Mac Master, presidente de ANDI, la principal asociación empresarial de Colombia, pasó el día presionando al equipo diplomático de Petro y habló varias veces con Sarabia.
"Creo que Petro no tenía ni idea de las dimensiones y del impacto de las relaciones con EEUU", dijo Mac Master. "Pronto se dio cuenta de que los efectos se sentirían en todas partes, empezando por la tasa de cambio. Creo que aprendió más de economía de eso que lo que había aprendido en el resto de su vida".
En cambio, en la región se considera que Claudia Sheinbaum, la Presidenta de México, ha manejado mejor a Trump. Ella ha dejado claras sus discrepancias con la política estadounidense en comedidos comentarios públicos, aunque en privado ha aceptado muchas de las exigencias de Trump sobre la readmisión de inmigrantes y la lucha contra el tráfico de fentanilo.
China ha expandido enormemente su comercio e inversión en Latinoamérica este siglo, y es probable que Beijing vea los movimientos impredecibles de Trump como una oportunidad ideal para presentarse como un socio más confiable, dijeron diplomáticos y analistas.
Shifter, de IAD, dijo: "La Celac es la plataforma de China en Latinoamérica, así que la cumbre del jueves es una forma indirecta de mostrarle a Washington que, si realmente nos va a castigar, entonces China está dispuesta a llenar el vacío e intervenir aún más de lo que ya lo ha hecho".
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