La reconfiguración de la industria de la celulosa latinoamericana con menores precios y presión inflacionaria

Más de US$ 354 mil millones representa el mercado de la pulpa y papel a nivel global. De esta cifra, América Latina representa más del 5% de la producción global, con un mercado que al cierre de 2021 se ubicó en US$ 18 mil millones y que, según expertos de EMR, se espera que suba 1,20% a 2027. 

En la región, Brasil es el mayor productor de celulosa, seguido de cerca por Chile y luego por Argentina, Uruguay, México y Colombia. En estos mercados existen diversas compañías que lideran la industria, tal como las chilenas Celulosa Arauco y CMPC; Celulosa Argentina; Aracruz Celulose (Votorantim) y Suzano, en Brasil.

Sin embargo, en cuanto a la producción, son cuatro las compañías que destacan: Arauco, UPM, Suzano y CMPC.

El líder: Brasil

Suzano, Arauco y Aracruz son algunos de los gigantes que compiten por el mercado de la celulosa en la primera economía latinoamericana, siendo ésta la que más producción genera a nivel regional, totalizando 25 millones de toneladas durante el ejercicio pasado, cifra que implicó un crecimiento de 11% frente a 2021, según datos entregados por la Industria Brasileña de Árboles (Ibá).

Suzano es la compañía que domina cerca del 20% del mercado global; produjo durante 2022 un total de 10,6 millones de toneladas, logrando un crecimiento del Ebitda hasta los 28.200 millones de reales (US$ 5.571 millones) y de efectivo superior a los 22.600 millones de reales.

Estas cifras, que fueron impulsadas en 2022 por los altos precios de la materia prima y los sólidos volúmenes de venta, llegaron a consolidar a la firma brasileña como una de las mayores productoras de la región. 

Ahora, se prevé que se posicione con mayor fuerza con el inicio de operación del proyecto Cerrado en 2024, el cual aumentará su producción en 2,3 millones de toneladas anualmente. 

A esto se suma la toma de los activos de Kimberly-Clark, que este martes recibió la aprobación del ente regulador, y también el inicio de operación de la planta de celulosa soluble que desarrolló LD Celulose, un joint venture de la de la austriaca Lenzing y la brasileña Dexco, donde se invirtieron más de US$ 1.300 millones. Este proyecto tiene una capacidad de producción de 500 mil toneladas anuales, con lo cual se cubriría toda la demanda de América Latina.

La finlandesa Valmet, especializada en automatización de procesos y con presencia en Brasil, Perú y Chile, fue el proveedor del proyecto. Como una compañía que opera en el sector, advirtió que a pesar de que las predicciones indican una reducción en el precio de la celulosa este año, “sin duda es una oportunidad para esta industria, para poder enfocar los esfuerzos a nuevos objetivos…ya que es imprescindible transitar hacia un enfoque centrado en el desarrollo de I+D, invirtiendo en equipos y productos a base de materiales renovables que reduzcan el consumo de agua, energía y materias primas”.

El incipiente Uruguay

Uruguay es otro mercado donde gigantes como Arauco o la finlandesa UPM ya posicionaron sus inversiones. 

La producción en el país es liderada por UPM, quien además es una de las productoras de celulosa más grandes del mundo. En el territorio opera dos plantas -una de las cuales inició recientemente su operación- con las cuales espera alcanzar una producción de 3,4 millones de toneladas en los próximos meses. 

Chilenas en competencia

La firma chilena CMPC, holding forestal de la familia Matte, es una de las mayores productoras de celulosa y papel del mundo, según el listado de Forbes Global de 2018. Durante 2022, su producción alcanzó las 4,4 millones de toneladas y cuenta con un patrimonio forestal superior a los 1,3 millones de hectáreas.

Todo esto llevó a la firma chilena a alcanzar ventas por encima de los US$ 3.700 millones en 2022 y superar los US$ 1.700 millones en Ebitda.

Por su parte, Arauco produjo 3,2 millones de toneladas de celulosa en 2022, la menor cifra en los últimos siete años. Además, durante el periodo las ventas de pulpa superaron los US$ 2.800 millones, mientras que el Ebitda superó los US$ 2 mil millones.

Proyecciones para la industria

Si bien las compañías latinoamericanas presentan perspectivas positivas con la apertura de nuevos proyectos, de acuerdo con un informe de Fitch Ratings, el panorama se vería mayormente deteriorado (en US$ 100/ton) a raíz de precios promedio de la pulpa kraft de eucalipto blanqueada (BEKP) hasta los US$ 650/ton. 

“Se espera que los precios de la celulosa disminuyan aún más en 2023, presionados por una mayor oferta de los productores latinoamericanos y una demanda potencialmente más débil de las empresas papeleras debido a las presiones en los márgenes”, explicó Rodolfo Schmauk, director de Fitch Ratings en el informe.

En ese sentido, añadió que el deterioro de las perspectivas del sector “se debe a las caídas de precios que ya estaban previstas, los productores latinoamericanos de celulosa y papel se están viendo afectados por la alta inflación y, en algunos casos, por la depreciación de la moneda local, lo que se traduce en mayores costos de químicos y fletes pero que reducirán los ingresos medios en 2023”.

A esto se sumarán las presiones inflacionarias que están generando un nuevo piso -más alto- para los precios de la celulosa, ya que los costos marginales de producción están aumentando.

Bajo este escenario, el experto fue claro al señalar que los productores latinoamericanos de celulosa y papel se están viendo afectados por la alta inflación y, en algunos casos, por la depreciación de la moneda local, lo que se traduce en mayores costos de químicos y fletes. “Los emisores de América Latina mantienen una fuerte ventaja competitiva. En un entorno de costos crecientes y menor confiabilidad en el suministro de materias primas, el papel de liderazgo de los productores de celulosa latinoamericanos en el mercado mundial de celulosa es significativo”, concluyó.