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Con la mayor inversión de los últimos 8 años, México acelera sus grandes proyectos de infraestructura que no están exentos de cuestionamientos

Millones de dólares se invertirán en el gigante norteamericano este año, desde trenes hasta planes para reforzar la conectividad terrestre y obras para afrontar la sequía. Un plan que para el gobierno tiene la urgencia de levantar la economía.

Por Deborah Donoso M. I Publicado: Viernes 25 de febrero de 2022 I 08:14
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Ocho son los proyectos de infraestructura prioritarios para México. En ellos invertirá US$ 6.300 millones en 2022, siendo el Tren Maya, un ferrocarril que busca potenciar la zona turística en toda la zona de Cancún, el principal foco de dicha cifra, ya que ocupará aproximadamente el 50% del total durante el periodo.

La megaobra se viene impulsando hace varios años y ha visto crecer su presupuesto inicial en 43%, estimándose en más de US$ 9.800 millones lo que se requerirá los 1.500 kilómetros del trazado. Esto, a raíz de las modificaciones que se le hicieron, llevándolo de ser 100% a diesel a 50% eléctrico, además de las necesidades que implicaba elevar un tramo en Cancún.

Al respecto, y en el marco de la comparecencia ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, Juan Pablo de Botton comentó que “el Presupuesto de 2022 contiene recursos para proyectos prioritarios de inversión cubriendo desde áreas de salud hasta proyectos como el Tren Maya, el aeropuerto de Tulum, el Tren Suburbano y el Tren México-Toluca. En el Presupuesto 2022 aprobado se impulsa la recuperación económica la cual se hace tan necesaria para la pandemia”.

Así dio cuenta de que la prioridad, además de la salud por la pandemia, está puesta sobre los carriles del Tren Maya para incentivar la recuperación de la economía y del turismo.

Las claves del tren

La obra no es menor. Con 21 estaciones y 17 paradas en su extensión, se estima que la construcción de esta iniciativa ya ha generado 88.210 empleos directos e indirectos y, para este ejercicio, se podrían sumar 200.000 más.

Según información oficial, actualmente se han licitado cuatro de los siete tramos: Palenque-Escárcega (Tramo 1), Escárcega-Calkiní (Tramo 2), Calkiní-Izamal (Tramo 3), y Playa del Carmen-Tulum (Tramo 5 Sur). 

En ellos han ganado consorcios donde figuran empresas como China Communications Construction Company, FCC Construcción, la española Azvi, y el Grupo ICA, que ya tiene la concesión de una autopista cercana, entre otras.

Además, se hicieron licitaciones para los rieles y para el material rodante. Esto último lo adjudicó un consorcio donde estaba la francesa Alstom.

Otras inversiones relevantes

Junto a este proyecto, las prioridades de México están relacionadas con las obras de construcción y mantenimiento de las vías de comunicación del país, que a 2030 contempla el desarrollo de 26 carreteras.

La modernización de las vías de transporte en el país azteca son fundamentales, ya que más de 638 kilómetros serán construidos o modernizados, además del desarrollo de un corredor interestatal y la modernización de puertos que permitirán facilitar el traslado de bienes y servicios en el país.

Junto a estos proyectos, el gobierno se comprometió a construir, operar y conservar obras hidráulicas federales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para lo cual invertirá más del 10% del dinero proyectado para impulsar la recuperación económica por medio de megaobras.

Dentro de los planes está el desarrollo de obras de drenaje y dar continuidad a proyectos como la planta potabilizadora de Los Berros -en el Estado de México- y otras presas que cada vez se vuelven más relevantes ante la escasez hídrica que se vive a nivel global.

Finalmente, el 7,84% del gasto estimado por el Gobierno para 2022 estará centrado en el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, la zona más angosta que conecta el Oceano Pacífico con el Golfo de México, y cuyo objetivo es instaurar un corredor interoceánico que se convierta en la columna vertebral del Programa para el Desarrollo del Istmo, para aprovechar esa posición y competir en los mercados mundiales de movilización de mercancías.

Además, se modernizará el ferrocarril del Istmo, se fortalecerá la infraestructura carretera y de caminos rurales, así como la red portuaria y se construirá un gasoducto para abastecer a empresas y consumidores domésticos. Con este plan, se espera atender el rezago económico y social de la región que se localiza entre los estados de Oaxaca, Veracruz, Tabasco y Chiapas en México.

Estas cuatro megaobras en desarrollo, representan casi el 25% del gasto total que incurrirá el Gobierno en inversión física durante el año en curso, ya que son más de 40 proyectos para llevar a cabo durante el periodo por medio de alianzas público-privadas.

Los problemas

Sin embargo, algunos de estos megaproyectos están siendo cuestionados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que es un órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados, ya que tras un estudio reveló irregularidades por más de US$ 14 millones, así como montos no reportados o contratos no ejecutados como se pedía.

De esta manera, el documento señala que en el proyecto del Tren Maya se realizaron observaciones a US$ 12 millones por el pago anticipado de la elaboración de los proyectos, además en los tramos 2 y 3 no se tramitó la liberación de los derechos de vía ni las manifestaciones de impacto ambiental. Respecto de esto último, el proyecto no contaría con la identificación de las causas y efectos de los impactos ambientales.

Asimismo, la Refinería Dos Bocas -que el gobierno federal busca contruir en el Estado de Tabasco- recibió observaciones por US$ 2,61 millones por diferencias entre los montos estimados frente a los realmente ejecutados. A esto, añadió la ASF, se debe sumar “pagos indebidos en las categorías de profesionistas senior y junior, así como la adjudicación de contratos por asignación directa, en vez realizar concursos públicos”.

Estos hallazgos podrían presentar desafíos adicionales al desarrollo de las megaobras, ya que la ASF advirtió que proyectos como el Tren Maya, que no cuenta con un programa de acciones para su construcción, “permite incrementar el riesgo de no entrar en operación en la fecha prevista”.

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